Estados Unidos y Brasil suscriben cinco convenios de cooperación
Quien esperaba acuerdos concretos tras la visita que el secretario de Estado norteamericano, George Sultz, hizo a Brasil, quedó defraudado. Todo lo que se firmó fueron informes y cartas protocolarias conteniendo recomendaciones y sugerencias a los Gobiernos de Brasil y de Estados Unidos sobre cinco convenios de cooperación.La Secretaría de Estado norteamericana y el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño dieron cumplimiento al trabajo de las cinco comisiones bilaterales creadas después de la visita del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, a Brasil en 1982. El objetivo de esos grupos es mejorar las relaciones entre los dos países.
Los informes de esos grupos cubrían cinco áreas de cooperación: económico-financiera, nuclear, técnico-científica, industria militar y actividades conjuntas en el sector aéreo-espacial.
En tres de esas áreas -cooperación en la industria militar, principalmente- se esperaba algo más concreto. Pero al divulgarse en la noche de ayer el contenido de los documentos firmados, lo que se pudo comprobar fue una serie de sugerencias y recomendaciones muy vagas y genéricas. En el punto específico de la industria militar, el informe recomienda que el Gobierno norteamericano pase a Brasil tecnología militar sofisticada, bajo el estricto compromiso de que los brasileños no utilicen esa tecnología para fabricar armas y exportarlas a otros países.
En otras palabras, el convenio no agrega nada a la industria militar brasileña dedicada a la exportación. Es más: en ningún momento se establece un plazo para que esa tecnología sea efectivamente transferida a la industria brasileña.
En el otro gran tema de discusión -el proteccionismo de EE UU contra las exportaciones brasileñas- tampoco se avanzó nada. Sultz dijo a las autoridades brasileñas que Brasil hace dumping, especialmente en la industria siderúrgica. En ese tema habrá mucho más que discutir. Para pagar lo que debe, Brasil necesita superávit cada vez mayores. Y ahora enfrenta restricciones cada vez más duras justamente en el mercado más prometedor, el norteamericano.
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