Gonzalo Suarez cuenta su combate perdido con las sombras
Gonzalo Suárez, 50 años, autor de 9 libros y 11 películas, defensor en los 60 del cine de hierro, que quería ofrecer una alternativa a la creación cinematográfica española, ha filmado lo que soñaba: una reflexión combinada y en clave de humor sobre el cine y los libros, la agonía de la literatura frente a la cultura de masas. El resultado responde a su criterio de que el arte es un combate con las sombras.Ahora, como productor, se siente responsable de su obra: "Me planteé hace 10 años, al terminar Reina Zanahoria, que para que las cosas estuvieran claras debía producir mis propias películas, para no verme obligado a colocar sangre en la boca de los actores porque estuviera de moda o a desnudar a una actriz porque lo exigiera quien pagaba. Me dediqué entonces a hacer publicidad pero no logré poner en pie Epílogo hasta que intervino TVE". Conserva la ambición de hacer un cine nuevo: "El desario en el cine es que no me gusta retratar temas ni historias previas", sino arriesgarse a descubrir cosas nuevas, "que la relación con lo que cuento mantenga todavía el estupor del salvaje".
"Al espectador", dice, "hay que darle lo mejor y lo peor de ti mismo, sin que la relación sea degradante para él". No quiere definir su película sino dejarla en libertad: "Tengo pánico a engañar con frases. Parece como si hubiera que llevar a la gente al cine a cualquier precio".
Pero es capaz de hablar durante horas de las sorpresas del rodaje, muy especialmente! emocionado por el auténtico combate de boxeo entre José Arranz y Manuel Calvo, que se negaron a mantenerlo en un ring pero no ante sus cámaras. Viejo aficionado al boxeo y al deporte, en general, Suárez dice: "El arte es un combate con las sombras perdido de antemano".