Los recitales de piano dominan el IV Festival de Música Romántica

Un recital de obras de Schumann a cargo del pianista Alexia Weisenberg inaugurará, el próximo 17 de enero, en Barcelona el IV Festival de Música Romántica que organiza la Fundación Caja de Pensiones y que, este año, se centra de modo particular en obras para piano, instrumento que consiguió su plena madurez y su mayor explotación estilística en el pasado siglo. El carácter monográfico que adquieren las ediciones de este festival responden a la voluntad, por parte de los organizadores, de proporcionar una visión más completa de la obra de un autor, de una forma o estilo de la música romántica.

El ciclo de recitales de piano, que se celebrará en el Palau de la Música, continuará el día 19, con un concierto de Mischa Dichter (Schubert, Brahms y Listz); el 24, con Alberto Giménez Atenelle (sonatas e impromptus de Schubert); el 30, con un recital de François-Joel Thioller; y terminará, el 2 de febrero, con baladas y otras piezas de Chopin interpretadas por Josep Colom.Al mismo tiempo, se celebrará, en el Centro Cultural (Palau Macaya), otro ciclo de conciertos dedicado a música de cámara con piano, en el que se cuenta con la participación de jóvenes intérpretes. Se iniciará, el día 18 de enero, con la actuación de dos sopranos (Maria Rosa Tamarit y Chantal Botanch) y dos mezzo (Ana Mendioroz y Ángels Civit), acompañadas del pianista Manuel García Morante, interpretando obras de Brahms y Schumann.

El Klavier Quartet de Barcelona (integrado por Juan Linares, Josep Casassús, Richard Talkowsky Ludovica Mosca), el Trío Livschitz (Boris y Zvi Livschitz y Christian Florea) junto con el pianista Jordi Vilaprinyó, y el grupo Montmartre (Bemard Castillejos, Jordi Colomer, Ricard Peraire y Luis Avedaño) completarán la programación de este ciclo. Tanto el grupo Montmartre como el Trío Livschitz actuarán también para el ciclo de tres conciertos comentados para escolares que si celebrará, en el Palau de la Música, los días 17, 24 y 25 de enero, por las tardes.

En la programación de los tres ciclos de que se compone el festival dominan las composiciones de Schubert y Schumann al lado de las de Chopin (aunque Josep Colom interpretará únicamente obras suyas), Liszt, Brahms -tema central del Festival el pasado año-, Mendelssohn y Saint-Saëns. Como si se tratara de poner de relieve los dos extremos de la música romántica, se propone escuchar la obra de dos compositores que poco tuvieron que ver en cuanto a su procedencia y formación musical.

Del personaje triste que fue Frantz Schubert al teórico y disparatado Robert Schumann hay un abismo, el que subyace en la imposibilidad de establecer lo que significa, en sentido estricto, romanticismo. Ni siquiera el punto común de ambos compositores, es decir, la gran categoría de sus respectivas obras pianísticas, permite asentar generalidades.

Como en un festival que lo que pretende es dar a conocer romanticismo musical, sin por ello sentenciarse en la alternativa, sin duda selectiva y minoritaria, de programar integrales, en esta edición se ha precisado de autores y obras que, al mismo tiempo que describan un período, introduzcan aquellos elementos discordantes que completan con mayor rigor un conocimiento musical.

De esta manera puede hablarse a un mismo tiempo de los dos compositores mencionados y así es posible, también, introducir en un mismo concierto a Mozart y Beethoven, Brahms y Saint-Saëns. Grandilocuencia y minucia, delicadeza y barbaridad, intimismo y generalidad son algunos de entre los muchos antónimos que se encuentran juntos tanto en los impromptus de Schubert, como en algún preludio de Chopin o en los tríos de Brahms.

Distintamente tratados, con un orden de preferencias muy distinto y en absoluto equivalentes a otros muchos posibles modelos también románticos, estos contrarios se han convertido en elementos sin los cuales, hoy, es casi imposible reconocer lo que se ha dado en llamar Romántico, en mayúscula.