El responsable económico israelí propone congelar la colonización judía en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza
El Gobierno israelí examinará mañana una plan para congelar la colonización judía de los territorios ocupados. La radio israelí recogió ayer un proyecto de saneamiento económico elaborado por el ministro de finanzas, Yigael Coben-Orgad, en el que se incluye la paralización total de la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania y Gaza, así como la congelación de mejoras en los ya existentes.
La medida, oficialmente presentada como una necesidad económica, tiene un indudable alcance político al que han sido sensibles tanto los partidos extremistas religiosos, que han amenazado con provocar la caída del Gobierno, como el movimiento pacifista Paz Ahora, que ha aplaudido la propuesta del ministro.El Gobierno de Isaac Shamir, quien ayer llamó personalmente a Yigael Cohen-Orgad para solicitarle aclaraciones sobre su propuesta, debe, no obstante, aprobar esta sorprendente medida antes de que entre en vigor.
La congelación de los asentamientos israelíes en los territorios árabes ocupados había sido insistentemente solicitada por Estados Unidos como un gesto necesario para permitir la reanudación de las negociaciones con Egipto y la inclusión del rey Hussein de Jordania en las conversaciones de paz. El plan presentado por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, incluía también la necesidad de suspender la colonización israelí de Cisjordania y Gaza.
Las posibilidades del plan Reagan, que propone la creación de una entidad jordano-palestina en los territorios ocupados por Israel en 1967, aumentaron súbitamente la pasada semana tras la entrevista en El Cairo entre el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, y el presidente egipcio, Hosni Mubarak. Esta entrevista fue, a juicio del presidente Reagan, un estímulo para la paz en Oriente Próximo y un balón de oxígeno para su plan.
Con la congelación de los asentamientos se podría eliminar, a juicio de los observadores, uno de los obstáculos mayores con los que cuenta ahora para su desarrollo la propuesta norteamericana.
El incremento de la instalación de puntos de población judía en los territorios ocupados era una de las piedras angulares del Gobierno conservador del Likud, y el propio ministro defensor ahora de la idea de congelación fue antes uno de los líderes más destacados del movimiento anexionista Goush-Emunin. Elyakim Haetzni, dirigente de este partido, ha advertido que la propuesta del responsable de Finanzas "sólo puede significar el fin de este Gobierno".
"Este proyecto, justificado por imperativos económicos, dejará sin contenido la política gubernamental. No podrá ser puesto en marcha, porque supondrá el fin del Gobierno actual", amenazó el dirigente de la derecha anexionista. El partido Tehya (con tres diputados) amenazó con abandonar el Gobierno si entra en vigor el plan.
La versión oficial israelí es que la propuesta de congelación no obedece a ninguna presión de Washington, sino a la preocupación de Cohen-Orgad por la debilidad económica israelí, informa Víctor Cygielman. En los tres últimos años, los gastos gubernamentales aumentaron al ritmo del 11 % por año. En el curso de los primeros siete meses de 1983, el aumento de los gastos gubernamentales fue del 22%, y se prevé que el déficit de pagos será este año el 35% más que el año anterior.
Por primera vez en la historia de Israel, el Ministerio de Finanzas considera que si no se detiene la tendencia actual, los bancos extranjeros dudarán a la hora de conceder créditos al Estado israelí.
El Gobierno intentará reducir el déficit de la balanza de pagos al menos en 1.000 millones de dólares en 1984. Para conseguirlo es necesario reducir los gastos del Estado en relación, entre otras áreas, con la colonización judía, considerada hasta el momento como un tabú que nadie se atrevía a tocar.
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