El mundo entero lamenta la pérdida de uno de los artistas más grandes del siglo
"Francia pierde un talento y un amigo". Estas palabras pronunciadas por el ministro francés de Cultura, Jack Lang, resumen la pena profunda que la muerte de Joan Miró ha provocado en todo el mundo. La desaparición del "mago que había extraído su genio de su Cataluña natal", ha sido anunciada en todos los rotativos europeos y americanos en primera página. El parisiense Le Monde ha utilizado, por primera vez en su historia, el color en una ilustración, en la primera página de la edición de ayer, al reproducir en rojo el cuadro Mujer ante el sol, de Miró. El comité de redacción decidió que esto permitiría, como explica André Fermigier en su artículo sobre el artista, devolver la enternecedora frescura de su pintura.
Las declaraciones en Londres de Roland Penrose, crítico de arte, biógrafo de Miró y director del Institute of Contemporany Arts -"Miró es uno de los artistas más grandes de este siglo"-, han sido seguidas por gran cantidad de reacciones de condolencia y reconocimiento del pintor, procedentes de todas las capitales europeas, como es el caso de Viena, donde el Círculo de Bellas Artes abrió ayer gratuitamente sus puertas de la exposición antológica de Miró, que comprende 240 óleos, grabados, carteles y esculturas realizadas entre 1960 y 1980. Esta muestra se exhibirá después en Nuremberg (República Federal de Alemania).También en los Estados Unidos las reacciones han sido unánimes al lamentar la muerte del pintor. El diario estadounidense The Washington Post define a Miró como "el hilandero de sueños enraizados en su Cataluña natal". John Rusell, en The New York Times, destaca que el pintor será recordado "junto a Max Ernst, René Magritte, un joven Salvador Dalí y dos o tres más, como la materialización del espontaneísmo imaginativo que nutrió el arte de los años 20 y 30".
Dalí muy apenado
Dalí se sintió "muy apenado" cuando supo la mala noticia. Su amigo Antoni Pitxot fue quien se la comunicó. "Lo hice de manera atenuada para evitar causarle una fuerte impresión", explicó Pitxot. A pesar de que no mantenían relaciones personales desde la ruptura de Dalí con Buñuel, los portavoces de Dalí desearon destacar el dolor del pintor ante la pérdida.
"¿Qué quiere usted que le diga?", dijo sobre la desaparición de Miró Camilo José Cela. "Estoy impresionado", añadió. "La muerte de la gran figura de la pintura es una pérdida irreparable. Estuve el domingo con su mujer. No me acerqué al cementerio porque no me gustan estas cosas", concluyó.
El poeta J. V. Foix, también muy afectado por el fallecimiento de su amigo, que tenía su misma edad, no quiso hacer declaraciones y añadió que "todo lo que pudiera decir sobre el artista lo tengo escrito". El poeta se refiere principalmente a su poema A Joan Miró, escrito después de haber visto la primera exposición barcelonesa del pintor y publicado en el volumen Desa aquests llibres al calaix de baix (Guarda estos libros en el cajón de abajo). "Mi poema era una predicción de que Miré iba a ser el primer pintor de este país", añadió el poeta.
El poeta Vicente Aleixandre, de 85 años de edad, manifestó que "es grande el pesar del arte por el fallecimiento de Miró, porque fue una de las figuras más potentes e imaginativas de las artes plásticas del siglo XX". "Cuando empezaba yo a hacer poemas", añadió, "Miró era uno de los pintores de la modernidad que más tuve a mi vista y que ganó mi admiración".
Jorge Guillén, poeta de la misma generación de Miró, recordó ayer con admiración al artista desaparecido. Guillén indicó que había coincidido con Miró varias veces en América, y que le había visitado en su taller mallorquín. Por su parte, el también poeta Luis Rosales señaló que Miró poseía "un estilo poético muy fino y elaborado" y añadió que "deja un vacío que será difícil de llenar en el panorama del arte contemporáneo".
El poeta y ensayista José Corredor-Matheos, autor de una biografía de Miró, resaltó que "es uno de los máximos creadores de nuestra época y, al mismo tiempo, introduce en el arte y en la cultura en general una vía que no procede ya de la tradición renacentista, sino más intuitiva, más abierta al misterio, no coartada por la razón".
El Ayuntamiento de Barcelona concedió la Medalla de Oro de la Ciudad a Joan Miró el 21 de julio de 1978. El alcalde, Pasqual Maragall, declaró que "Joan Miró ha llevado por todo el mundo el color de nuestros sueños más brillantes convirtiéndolos en un lenguaje universal que hoy todos pueden interpretar".
El conseller de Cultura de la Generalitat, Max Cahrier, resaltó la ejemplaridad de Miró en cuanto que demuestra que "desde unas raíces profundamente catalanas, es posible proyectarse a la cultura universal creando un lenguaje inconfundible, hoy reconocido por todas las culturas del mundo". La Generalitat había otorgado a Miró su máxima distinción, la Medalla de Oro.
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