'Crónicas urbanas' recoge la visión pesimista del mundo de Vicent y de Ops
El escritor Manuel Vicent y el dibujante Ops (Andrés Rábágo) han unido sus particulares y negras visiones del mundo en el libro que la editorial Debate acaba de publicar, Crónicas urbanas. La galería Tórculo, de Madrid, inauguró ayer la exposición de los dibujos originales de Ops. El libro Crónicas urbanas, publicado por la editorial Debate, recoge 26 reportajes, es decir, gran parte de los que fueron publicados en EL PAÍS en el último año. "Me gusta Ops", dice Vicent, "porque completa muy bien mi trabajo y es un poco hermético".
Manuel Vicent, periodista, escritor, nacido en Valencia en 1936, tiene una irónica, cruda y desgarrada forma de contar las cosas. No hay escapatoria para nadie; ni una sola puerta abierta. "La verdad", admite el escritor, "es que mis crónicas no son un dechado de alegría". Y Ops, amigo suyo, se siente muy cercano a él. "Tenemos una visión del mundo bastante próxima", dice; "del mundo y de este país, en el que los niños van desnudos, y las gambas, con gabardinas". Esta última es una frase vicentiana que Ops asume como propia.Ops cree que ambos son pesimistas, pero que existe, sin emmbargo, una diferencia fundamental con Vicent. "Él es muy barroco", dice, mientras que yo soy más seco en el aspecto de la creación".
Ops cuenta con largos años de profesión, publicando en casi todas los peeriódicos y revistas de este país, y ya ha colaborado anteriormente con Manuel Vicent en otro de sus libros: No pongas tus sucias manos sobre Mozart. "En aquél yo hice animales fantásticos, como si fueran de una enciclopedia francesa", dice Ops. "Aquí no me he limitado a ilustrar, sino que son dibujos paralelos. Mi grafismo es mucho más libre. Cuando publicábamos semanalmente en EL PAÍS yo no conocía el texto, sino que Manuel Vicent y yo hablábamos de cómo iba a ir la cosa y sobre esa charla dibujaba. Para hacer el libro he tenido que completar la serie, ya que algunos se publicaron en su día sin dibujo mío".
Barroco y luminoso
La portada de Crónicas urbanas es casi una dedicatoria. "Manuel Vicent es barroco, pero también es muy luminoso", dice Ops, "y eso es lo,que he intentado reflejar en la portada. Dos columnas clásicas, inamovibles, bajo las cuales discurre un río de miseria y, al fondo, un cielo azul intenso".Dentro ya no caben los azules en un libro cuya primera línea empieza diciendo "Después de todo, morir en la cama no está tan mal, aunque tu cadáver sea descubierto algunos meses más tarde". El crimen de Somosaguas, Grandes almacenes, Seres o enseres, Depósito general de mercancías, Terror de año nuevo o Muda de verano son algunos de esos reportajes -capítulos aquí- que se recogen en el libro Crónicas urbanas y que recordarán los seguidores de Vicent.
La exposición de los originales de Ops es tan inquietante como los relatos a los que acompañan. La muestra, inaugurada ayer por el director de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, estará en la galería-librería Tórculo (Claudio Coello, 17) hasta el próximo sábado, día 3 de diciembre.
Babelia
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