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La calle y las urnas

Acostumbrados ya a las absurdas guerras de cifras que suelen suceder a las manifestaciones, lo de menos es averiguar el número exacto de personas que el pasado domingo recorrieron el madrileño paseo de la Castellana para hacer acto de fe pública de su invencible nostalgia por el régimen de Franco. Lo cierto es que fueron muchos y que, estridencias aparte, desfilaron ordenadamente por el centro de Madrid. Y por más que discrepemos de la acción en la calle en un sistema parlamentario, y mucho más de la evidente ansia involucionista que inspira a los organizadores, tan legítimo es manifestarse como discrepar de¡ propio sistema político -la democracia- que precisamente ampara y protege ambos derechos. Con todo, conviene decir que las concentraciones de masas como instrumento de acción política tienen un valor únicamente relativo en un sistema basado en la soberanía popular expresada periódica y libremente en las urnas. En este sentido, acaso los manifestantes del domingo actúen todavía bajo engañosos criterios del pasado, cuando era suficiente llenar la plaza de Oriente para hablar en nombre de España y plebiscitar la acción del poder establecido, siempre que la ocasión lo requiriese.Está de sobras comprobado que, al margen de las ideas políticas de unos y otros, los españoles actúan hoy con el Rey, con la democracia y, en definitiva, con la Constitutión. Los organizadores de la manifestación han hecho gala, sin duda, de una estimable capacidad de movilización y -lo que es más miento ordenado y disciplinado, Pero eso no puede engañar a nadie sobre el grado de respeto y admiración que los ciudadanos de este país guardan hacia un personaje como Antonio Tejero, cuyo nombre fue vitoreado como un héroe por algunos de los manifestantes. Qué decir de los gritos ofensivos vertidos contra quienes cuentan hoy con el mayor y más claro refrendo popular de la reciente historia de España: los reyes don Juan Carlos y doña Sofía. Nunca conoció este país tan íntima compenetración entre forma de Estado y soberanía popular ( ... ).

, 29 de noviembre

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