La URSS no se retira de Ginebra a pesar de la instalación de los cohetes en suelo británico
A pesar de la llegada de los primeros misiles de crucero al Reino Unido los soviéticos no han interrumpido las negociaciones de Ginebra. El jefe de la delegación soviética, Yuri Kvitsinsky, haaclarado a su homólogo estadourádense, Paul Nitze, que los soviéticos abandonarán la mesa de negociaciones en cuanto los priineros euromisiles norteamericanos aparezcan "en el continente europeo", según manifestaron ayer fuentes atlánticas.Aparentemente pues, el Reino Unido, a causa de su insularidad, no forma parte del continente europeo. Kvitsinsky explicó así en Giriebra una nueva interpretación de las declaraciones del 26 de octubre en Pravda del líder soviético, Yuri Andropov. Según las fuentes consultadas esto significa que los soviéticos romperán las negociaciones después del debate el 22 de noviembre en el Bundestag alemán, pues se espera que entonces lleguen los primeros Pershing 2 a la RFA
La sesión de negociación, ayer, en la misión soviética en Ginebra, duró 35 minutos, pero ambas partes acordaron volver a reunirse mañana jueves en la misión norte americ ana, según el turno habitual. "La sesión fué corta pero cubrió los asuntos que EE UU quería cubrir", manifestó un diplomático en la OTAN.
El rechazo no es formal
Estas fuentes atlánticas insisten en que la URS S no ha rechazado aún fornialmente en la mesa de negociaciones -aunque sí a través de comentarios en la agencia Tass- la última propuesta de Washington de limitar, globalmente, a 420 el número de cabezas nucleares en vectores de alcance intermedio para cada parte, lo que supondría 420 misiles de crucero y Pershing 2 para la OTAN y 140 SS-20 para la URSS, pues estos últimos vectores son portadores de tres cabezas nucleares Cada uno.
La nueva propuesta fue consultada a los aliados de la OTAN por EE UU, y especialmente en la sede de la Alianza en Bruselas el lunes. Prácticamente nadie en la OTAN mostró gran entusiasmo -sin por ello Ilegar a rechazarla- ante esta propuesta que poco añade de nuevo -tan sólo cifras- a la expuesta por Ronald Reagan ante las Naciones Unidas.
Tampoco ha sorprendido la primera reacción de rechazo por parte de la URSS. La OTAN está ya entre decidida y resignada a este despliegue de sus mis¡les, pensando que una solución negociada sólo podrá venir más adelante, cuando sean operativos. Diversas fuentes en la OTAN han señalado que probablemente la nueva negociación englobará en un selo marco a los euromisiles y a las START (Conversaciones para la Reducción de Armas Estratégicas), que también se llevan a cabo en Ginebra. Hasta ahora ni EE UU ni la URSS estaban mteresados en fundir ambas negociaciones, pero Moscú ha empezado quizás a señalar su interés por un enfoque más global, que permitiera también tomar en cuenta los sistemas nucleares franceses y británicos.
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