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Reportaje:

Jornaleros contra máquinas en Andalucía

La batalla del algodón se ha cerrado esta campaña con pérdidas en los dos bandos

El plan quinquenal fue firmado por CC OO y UGT, aunque contó con la oposición del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), y su filosofía era simple: los sindicatos cedían a la mecanización del algodón con una pérdida inicial de mano de obra, pero a cambio de eso alcanzaría en el mercado unos precios muy competitivos que estimularían a los propietarios a sembrar cada vez más algodón; al ser éste un cultivo que, aun mecanizado, proporciona más jornales que otros alternativos, los sindicatos aceptaban la propuesta. Más aún en tanto que se ofrecía, conjuntamente, una serie de medidas de industrialización agraria.La crisis económica ha impedido las inversiones en el campo de las industrias agroalimentarias, la sequía ha reducido drásticamente las expectativas de siembra; en definitiva, no ha habido posibilidad alguna de ofrecer contrapartidas a los jornaleros, y éstos se han colocado frente a las máquinas.

Jesús Bernabé, secretario de información de la Comisión Obrera de Andalucía (Coan), es firme cuando habla de esto: "Como tesis inicial, nosotros no estamos contra la mecanización. No nos podemos poner contra el progreso. Pero hay otra cosa que tener en cuenta además del progreso, que es el trabajo del jornalero. Se ofreció realizar una campaña de creación de industrias agroalimentarias que iría absorbiendo el paro que provocaran las máquinas, y no se ha hecho. Han venido solas, y los jornaleros se han sentido provocados".

Una hectárea de algodón da 60 jornales por hectárea si se recoge a mano, y 30, si se recoge mecanizado. La recogida a mano sale a 30 pesetas el kilo, y con máquinas, a 15. Bohórquez, presidente de Asaga, la patronal de los grandes propietarios, es consciente de que las máquinas arrinconan cada vez más al jornalero, aunque opina que "es la única manera de hacer esto competitivo".

Frente a eso, Paco Casero, líder del SOC, presenta sus razonamientos: "Está bien, sin mecanizar no es competitivo; pero si seguimos mecanizando, ¿qué hacemos con los 400.000 jornaleros o pequeños campesinos de Andalucía? El Estado tiene que decidirse. Si hay que exterminar a 400.000 personas, que se diga; si no, hay que buscar la forma de darles trabajo. En el caso del algodón, poner las 15 pesetas por kilo de diferencia entre la recogida a mano para que el propietario tenga sus beneficios y el jornalero su jornal". Pero no .es ningún entusiasta de la mecanización: "La tecnología está con el capital y crea un desequilibrio". La campaña termina y nadie ha quedado satisfecho. Los jornaleros han tenido mucho menos trabajo de¡ esperado porque aquellas 90.000 hectárea! programadas se han quedado en la cuarta parte. Ha habido enfrentamientos, algún incendio, hombres tirados frente a máquinas, choques con la Guardia Civil y, al final de todo eso, muy pocos jornales a repartir. En cuanto a los patronos, tampoco se sienten felices. Bohórquez es muy duro al hablar de esto: "El que se ha comprado una máquina y no la puede usar no puede estar contento, porque paga la amortización y sigue recogiendo a mano, con un coste de 15 pesetas más por kilo del que había previsto. El algodón sale a 90 pesetas el kilo. Quitarle 15 pesetas es quedar sin posibilidad de ganar nada. O de perder."

Futuro incierto

No ve cuál puede ser la solución para los jornaleros: "El empresario agrícola no la tiene, desde luego. Andalucía está por industrializar, y ese es el problema".La mecanización del campo en Andalucía tiene un futuro incierto. El número de jornaleros en paro aumenta, no llegan contrapartidas y es difícil que las máquinas puedan seguir desplazándoles sin que ellos salten. El frente ahora es el algodón, pero dentro de poco podrían serlo las máquinas vibradoras que hacen caer la oliva o las recogedoras de uva.

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