Buena ópera
Es evidente que cualquier conocer del mundo de la ópera tendrá te esta película una reacción en distinta a la de los profanos: drá calibrar los progresos o reocesos del trabajo de Zeffirelli specto a otros montajes, la caliid de los cantantes, la cadencia e la puesta en escena. Por el conario, quienes ignoramos tales tices, nos encontramos sólo e una película inusual, que fila íntegramente una ópera, respedo incluso los tiempos musícas que carecen de acción dramátia. El resultado es, lógicamente, orprendente, y en esa medida ausíble, pero permite pensar mbién en la inevitable contradicón estilística que surge de la ezcla de tantos géneros distins: no sólo es teatro, sino ópera, puesta en un lenguaje cinematoáfico que posee costumbres o lees propias para su narrativa.Tal conflicto quiere ser superao por Zeffirelli aplicando una uesta en escena que haga olvidar 1 origen del plano general que es iempre el teatro, enriqueciendo s ángulos espectaculares de la úsica de Verdi, inventandoflash acks o imágenes ilustrativas delos recuerdos y deseosde los personajes. Ciertamente, George Cukor pudo narrar mejor la historia de esta desvalida mujer enamorada en Margarita! Gautier, que interpretó Greta Garbo, aunque, claro está, sin la fascinante partitura de Verdi.
La Traviata
Guión y dirección: Franco Zeffirelli, sobre ópera La Traviata, de Giuseppe Verdi y Francesco Maria Piave. Fotografía: Ennio Guarnieri. Vestuario: Piero Tosi. Intérpretes: Teresa Stratas, Plácido mingo, Cornell Macneil, Allan Monk, AxeIl Gall. Ópera filmada. Italiana, 1983. Local de estreno: Palacio de la Música. Madrid
Zeffirelli comete numerosos excesos en su cuidado del vestuario o de la ambientación, por esa mala herencia que ha dejado el buen gusto de Visconti a tantos superficiales alumnos. Consigue, sin embargo, que algunos momentos de la acción, corno el que corresponde al tercer acto, con el violento reencuentro (de los amantes en un casino de París, obtenga su plenitud dramática; a juicio de quienes conocen sobradamente la ópera, logra también que el famoso ballet de los toreros tenga una brillantez infrecuente, lo que no deja de sorprender desde el cine musical. clásico, que ha logrado mejoresefectos en sus mejores películas.
La traviata es, pues, un filme irregular, en el que, por exceso, aparecen numerosos errores, pero en el que también hay momentos de indiscutible calidad cinematográfica. Queda aunada su propuesta por la espléndida presencia de Teresa Stratas que, a su vez excelente, añade admirables condiciones de actriz. Plácido Domingo le da sobriamente la réplica.
Babelia
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