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Los "marines" ocupan Granada

Reagan demuestra con hechos que, su política es algo más que la 'diplomacia de las cañoneras'

Todavía bajo los efectos del atentado en Beirut, que costó la vida a más de 200 marines norteamericanos, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, anunció como "un éxito total" la invasión de la isla caribeña de Granada. Aduciendo que EE UU actuó "a petición de seis países del Caribe", Reagan demostró con actos que la estrategia de la política exterior que dirige puede ser algo más que una simple diplomacia de las cañoneras.

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El impacto político de la nueva acción militar de EE UU en el exterior puede tener importantes consecuencias en el marco de la política interna de EE UU, aunque por el momento el Congreso se muestra más bien unido por las arriesgadas operaciones del presidente Reagan."Concluí que no había otra opción que la de actuar firme y decididamente", explicó Reagan. El presidente prometió que las tropas estadounidenses "se retirarán lo antes posible" de la isla. El general John Vessey, comandante en jefe de las fuerzas norteamericanas, precisó que los marines se retirarán de la isla "en una semana, si es posible". La acción de EE UU en Granada hay que situarla en el contexto de la política exterior norteamericana en Centroamérica y Caribe. El desembarco de los marines llega en un momento de recientes maniobras de la Armada norteamericana frente a las costas de Nicaragua. También en un momento en que -a pesar de la oposición de la Cámara de Representantes- la Administración Reagan ostiga al régimen sandinista de Nicaragua, con apoyo militar a las acciones de la guerrilla antisandinista y refuerzo militar de Honduras.

La invasión de Granada, en términos de la estrategia intervencionista de Reagan, es igualmente una seria advertencia a Cuba y a la Unión Soviética, al demostrar que los ataques verbales de Ronald Reagan pueden traducirse en hechos, sobre todo en una zona como Centroamérica y el Caribe, considerada por Reagan como "la frontera sur de Estados Unidos". En Granada, los marines estadounidenses se han enfrentado a consejeros cubanos y soviéticos tras previo aviso por canales diplomáticos a La Habana y Moscú de que sus ciudadanos podrán abandonar la isla.

Los riesgos de la política exterior de Reagan, tanto en Líbano como en Centroamérica, inquietan a la opinion pública y al Congreso. De momento, las reacciones son unánimes en defensa del presidente. En el caso de Granada, los miembros del Congreso aceptan que "no había prácticamente tiempo" para consultar el acta de poderes de guerra que autoriza al presidente a enviar tropas a zonas conflictivas.

Algunos editorialistas no dudan en comparar la situación en que se encuentra Reagan a la vivida hace cuatro años por el presidente James Carter, cuando, acosado por los acontecimientos exteriores surgidos con la revolución islámica en Irán, vio deteriorada su imagen política.

Estados Unidos está en campaña pre electoral (cara a la nueva elección presidencial en noviembre de 1984) y la actuación de Reagan en el exterior influirá relativamente poco a la hora de decidir un voto que se inclina por asuntos de política interna, económicos en especial. Pero, si las acciones de Reagan en política exterior comportan un peligro de confrontación bélica, es probable que ni el Congreso, ni la opinión pública, ni mucho menos los aspirantes demócratas a la presidencia mantengan indefinidamente " un silencio patriótico a la actuación exterior de la Administración Reagan.

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