El padrino de un clan llamado poder
Sus implicaciones en el casó de los sobornos de la Lockheed le obligaron a dimitir hace siete años y ahora los jueces le han condenado a una elevadísima multa y a cuatro años de cárcel. Pero Kakuei Tanaka, el dirigente político japonés más heterodoxo y más influyente de la posguerra, no perderá probablemente por ello el enorme poder de que dispone todavía para hacer y deshacer gobiernos.
Kakuiei Tanaka, un veterano político conservador que ya en sus comienzos conoció el banquillo de los acusados por soborno e irregularidades, presupuestarias, ha sido el primer ministro más joven que ha tenido Japón en su corta historia democrática y el único que logró escalar ese peldaño sin pasar por alguna prestigiosa universidad, requisito indispensable para quienes han estado sentados, al menos, en el estrado parlamentario. Arribista, egocéntrico y populista instintivo, Tanaka, un espécimen nada típico de dirigente japonés, ha sabido aprovechar el carácter doméstico y clientelista de la política local para cimentar una facción mayoritaria que funda su cohesión en códigos de honor, compromisos de palabra y favores interesados; cuatro de sus cinco sucesores en el primer ministerio han sido. lanzados por su engranaje electoral y el último de ellos, Yasuhiro Nakasone, pagó parte de la deuda contraída incluyendo en su gabinete inaugural a siete miembros de la facción Tanaka, por lo que fue llamado adjudicándose inmediatamente el apelativo de Gabinete Tanakasone.El hacedor de reyes, como ha sido llamado, apoya su facción con una organización llamada Etsuzan Kai (grupo que cruza las montañas), compuesta de 96.000 miembros, que se dedica en tiempos sosegados a las inversiones privadas sospechosamente cercanas a los presupuestos públicos y que, en épocas de guerra electoral, se torna en una arrolladora maquinaria propagandística que fomenta campañas y cobra, en votos, las deudas previamente adjudicadas al electorado por medio de mejoras públicas y bienestar social. El pragmatismo de Tanaka con su política de toma y dame y de más votos, más poder ha demostrado asimismo ser un instrumento eficaz en la labor de hacer sentir a los votantes japoneses, partícipes cercanos de procedimientos políticos extranjeros aceptados en su momento, como el traje por el quimono, con cierta desgana.
En 1955 Japón estaba todavía bajo el fervor de una radical transformación de modosde vida, valores políticos, economicos y modelos de gobierno; en este año se formó el, partido liberal democrático, fruto de la coalición de partidos conservadores que, al igual que todos los partidos existentes en ese entonces, habían visto sus actividades limitadas por la turbia atmósfera nacionalista que predominaba en los años de la preguerra.
En su conjunto, la política dominante del Japón,de la posguerra ha sido un montaje artificial que pregona ideales modernos u occidentales, pero que se, alimenta de costumbrismo y que sigue aferrada a un clientelism, o primitivo que depende de facciones formadas por lazos de sangre o de tierra, reminiscentes, o más bien sucesoras, de aquellos clanes provinciales de samurais que Degabati a Edo, hoy Tokio, para abogar por la modernización de sus regiones, deslumbrados por la tecnología europea de finales del siglo pasado. Muy significativamente. Kakuei Tanaka se ha autocalificado de Shogun de las sombras (grandes generalisimos que controlaban a su albedrío los movimientos de los clanes provinciales y que gobernaron en nombre del emperador hasta 1870). La eficacia de su facción y su habilidad para involucrar aun a fuerias de la oposición, siempre por el sistema de favores, le han servido a Tanaka para realizar gran parte de su ambicioso plan para remodelar el archipiélago japonés, un estudio extensivo presentado en 1972, primer año de su mandato, que visionaba un Japón futurista de agricultura computerizada, parques industriales, ciudades subterráneas y el sueño dorado de volver el. entero archipiélago en una isla compacta unida por una costosísima red de túneles submarinos y autopistas elevadas, no poco de lo cual fue hecho realidad en menos de 10 años, valiéndole la adhesión incondicional de vastos distritos electorales y calificativos que se acercan al de hombre de genio cuyo carisma "no ha sido igualado por nadie en Japón".
Otro de los puntos de aquel plan remodelador era desplazar las ciudades hacia el campo, revitalizando las zonas rurales para prevenir la contaminación y la superpoblación de las zonas urbanas, ideales que se vieron en su justa dimensión cuando, dos años más tarde, el primer ministro se veía obligado a renunciar acusado, entre otros cargos, de especulación de tierras. Como sucesor inmediato, el partido escogió a Takeo Miki, un hombre probo con "pocas conexiones monetarias", que ante la denuncia del soborno de la Lockheed en 1976 se erigió en un abanderado de la lucha contra1a corrupción adrtánistrativa, propiciando una concienzuda investigación de las peripecias económicas de Tanaka, lo que llegó a provocar cierto desprestigio del entero partido; cuando en las siguientes elecciones para la Cámara baja, el PLD se encontró sin una mayoría, Miki asumió responsabilidades y renunció. Nakasone lo ha calificado de ser "el hombre más cercano a la oposición" y en la actualidad Miki preside un grupo pacifista de presión parlamentaria en contra de la política armamentista del primer ministro.
Después de la transición de Miki, Tanaka, oficialmente fuera de¡ partido pero no del Parlamento, retomó las riendas y su facción ha ganado desde entonces 44 miembros para un total de 110, conformando así la facción mayoritaria dentro del PDL, con 421 parlamentarios; los 311 restantes se adhieren a cinco grandes facciones, ninguna equiparable en poder con la de Tanaka. Entre las eventualidades previstas para luego ,del veredicto del pasado 12 de octubre, la menos factible es la de deserción de los miembros, ya que esto equivaldría a traicionar el clan (algo inhumano, según su código) y, en definitiva, al suicidio político. El primer ministro, por su parte, ha evitado cualquier contacto con su padrino político en los últimos meses, aumentando así la expectativa sobre posibles encuentros secretos; a pesar del resultado del juicio, Nakasone sabe que la mitad de una deuda está todavía por pagar.
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