La primera ronda de negociaciones hispano-portuguesas termina sin resultados

La delegación española, presidida por el director de asuntos económicos del Ministerio de Asuntos Exteriores, regresará a Lisboa a principios de la próxima semana, aunque las conversaciones que se han venido desarrollando durante dos días en Lisboa no abren grandes perspectivas para la cumbre ibérica prevista para mediados de noviembre a causa de la evidente falta de interés por parte de Portugal en los dos temas que monopolizan la atención del Gobierno de Madrid en materia de relaciones bilaterales: la pesca y los intercambios comerciales.El respaldo de la Prensa portuguesa a la intransigencia gubernamental es demasiado unánime, para que se pueda atribuir a una mera coincidencia de puntos de vista: hay una campaña discreta, pero eficaz, para convencer a los portugueses de las ventajas de la prohibición de faenar en aguas portuguesas, dentro del límte de las 12 millas, a todo tipo de barcos pesqueros españoles.

Lo mismo sucede con los intercambios comerciales: Se realza la eficacia de las medidas administrativas adoptadas para frenar las importaciones españolas, que permitieron en los nueve primeros meses del año en curso una mejora sustancial de la balanza comercial entre los dos países. La tasa de cobertura de las importaciones por las exportaciones, que era del 23% en diciembre último, alcanza actualmente el 42%, con una clara tendencia a la reducción de las importaciones (30%).

Los negociadores españoles reconocen que únicamente una clara voluntad política de los dos Gobiernos podría sacar el diálogo bilateral del callejón en que se en,cuentra, y esta voluntad no parece existir por parte de Lisboa.

La 'cumbre' de Atenas

No se trata, además, de un problema bilateral. Mario Soares ha fijado en diciembre el límite para adoptar una decisión definitiva acerca de la candidatura portuguesa a la CEE. Si la cumbre europea de Atenas no desbloquea el proceso de adhesión de Portugal, toda la política exterior portuguesa deberá ser reexaminada y reorientad a en el sentido atlántico, o sea, de un mayor estrechamiento de las relaciones con Washington, en detrimento de cualquier tipo de solidaridad europea. Por esta razón Lisboa no desea ninguna clase de compromisos bilaterales antes de la cumbre de Atenas. Esto no se aplica únicamente a España. El mismo argumento ha sido utilizado por el Gobierno portugués con ocasión de la visita a Lisboa del ministro francés de Asuntos Europeos, André Chandemagor. Francia es, con Estados Unidos y la RFA, uno de los países interesados en vender a Portugal las cinco centrales nucleares cuya construcción está prevista en el futuro plan energético luso. Por otra parte, ayer fue apresado por un patrullero portugués el arrastrero español Vianto primero, con matrícula de Santander, cuando faenaba en la zona económica exclusiva a la altura del puerto norteño de Viana do Castelo, informa Efe.