Una iniciativa del Parlamento de la CEE

El Parlamento europeo adoptó ayer en Estrasburgo una resolución para tratar de paliar la "grave crisis económica" que actualmente padece la industria cinematográfica, debido a la televisión y al "dominio abrumador" del cine norteamericano sobre las diversas cinematografías de Europa occidental, cuyos mercados están sobreabastecidos de filmes norteamericanos, con frecuencia de mala calidad, impuestos por las distribuidoras multinacionales de ese país.La Asamblea europea estima que la crisis actual no es imputable a una falta de calidad de producción, sino a las carencias de la distribución de la cinematografía europea para implantarse en el mercado mundial. Por ello invita a la comisión ejecutiva de Bruselas a que tome las medidas necesarias para entablar una colaboración estrecha entre la televisión y el cine, así como entre los profesionales del cine para asegurar una participación de autores y realizador en los beneficios de la explotación.

A semejanza de las asociaciones de consumidores, dice el Parlamento Europeo, la Comunidad Económica Europea (CEE) debería instaurar organizaciones de espectadores, fomentar las salas de arte y ensayo, los cine-clubes y salas municipales que constituirían un mercado muy importante cuantitativamente así como la posibilidad de que tome medidas frente al desarrollo de los nuevos medios de difusión de filmes, tales como cables, vídeogramas y satélites.

Por último, el Parlamento ha solicitado la creación de un festival anual del filme europeo, financiado en parte por la CEE para asegurar mejor su difusión.

En los principales mercados cinematográficos europeos (Italia, Francia, Gran Bretaña y Alemania Federal) las películas estadounidenses ocupan el 47 % de las proyectadas. El 51% restante se distribuye así: un 24 % de producción italiana, un 16 % francesa, un 8 % británica y un 3 % alemana. Los otros seis miembros de la CEE (Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Irlanda, Dinamarca y Grecia), así como el resto de países europeos, sólo representan un 2 %.

La disminución del número de espectadores que asisten a las salas de proyección durante los últimos 25 años, varía entre el 57 % y el 91 %, según el país de la CEE tomado como referencia.