La Mostra del Cine Mediterrani introduce el nuevo cine yugoslavo

La Mostra de Cinema Mediterrani cuya cuarta edición se está celebrando, presenta este año una interesante retrospectiva de cine yugoslavo que evidencia la alta calidad media de esa cinematografía, pese a que habitualmente no encuentra distribución en España ni en el resto de Europa.Precisamente la idea de realizar este año una retrospectiva exclusivamente dedicada a Yugoslavia procede del aprecio que ha conseguido el cine de este país en las pasadas ediciones de la Mostra. Películas como Sólo se ama una vez, de Rajko Grlic, que obtuvo el primer premio hace dos años, registra llenos absolutos.

Balkan Ekspress, de Branko Baletic, y Nesto Izmedú (Ni fu ni fa), de Srdan Karanovic, concurren este año a la Sección Oficial en representación de Yugoslavia, y han registrado llenos hasta la bandera todas las veces que se han exhibido. Es generalizada la opinión de que la primera es "una película de premio", que podría quedar muy bien situada.

En cuanto a Ni fu ni fa, protagonizada por Predrag Manojlovic, como Sólo se ama una vez, junto a Caris Coffman y el citado Dragan Nikolic, refleja, con una gran agilidad narrativa, las contradicciones de la Yugoslavia de hoy, entre el mundo oriental y el occidental, a partir de la visión de una joven periodista americana, que forma un triángulo con dos yugoslavos.

Grlic, el director de Sólo se ama una vez, explica así la evolución que ha sufrido el cine yugoslavo: "Nacimos rodeados de héroes; pero en un momento determinado los cineastas nos dimos cuenta de que había que filmar también otras cosas. Es el camino que abrieron Paviovic, Makavejev y otros. Ese camino se paralizó más tarde, aunque desde hace tres años hemos podido retomarlo".

Las dificultades de comercialización en nuestro país y el resto de Europa occidental también alcanzan a otras cinematografías que siempre están presentes en la Mostra, como las árabes. Mahmoud Ben Mahmoud, realizador de Travesías, de Túnez, ha manifestado que mientras las películas árabes son, por lo general, compradas por los distribuidores de los países del Este, aquí es casi imposible que sean exhibidas.

Los problemas alcanzan también a la producción. En Túnez, casi la única posibilidad son las coproducciones con Bélgica a partir de fondos estatales en virtud de un tratado entre ambos países.

El caso español

También hay películas españolas que han tropezado con serias dificultades. Una de ellas es Héctor, dirigida por el valenciano Carlos Pérez Ferré, y protagonizada por Ovidi MontIlor, que se presentó, el pasado año, en los festivales de San Sebastián y Valencia. Todavía no ha sido estrenada en Madrid y se verá, paradójicamente, antes en El Cairo, donde acudirá a un festival que se celebra del 7 al 20 de noviembre.Su director achaca las dificultades de distribución a la falta de un lanzamiento por no contar con ayudas económicas necesarias. Se trata de un filme que ha costado unos veintidós millones de pesetas y sólo siete de gastos de rodaje. "Las únicas ayudas con que hemos contado son una de la Dirección General de Cinematografía, para asistir a festivales en el extranjero, y una pequeña de la Generalitat valenciana, además de la subvención de la Generalitat de Cataluña para la versión en catalán".