Las relaciones entre católicos y protestantes atraviesan momentos difíciles en España

Durante el III Congreso Internacional Católico- Luterano sobre Lutero, que se clausuró el pasado fin de semana en Salamanca, ha destacado el "entendimiento y el afán de aproximación entre ambas iglesias. Este espíritu, sin embargo, no parece ser el denominador común en las relaciones entre católicos y el resto de cristianos en España, en opinión de muchos especialistas asistentes. El congreso fue organizado por la Universidad Pontificia de Salamanca y el Instituto Ecuménico Luterano de Estrasburgo.Un dato elocuente es que, pese a la voluntad de los organizadores, al congreso no ha asistido ningún miembro de iglesias no católicas en España. Según Adolfo González, director del Centro Ecuménico Oriental Juan XXIII, de la Universidad Pontificia de Salamanca, "la situación del protestantismo español es dificil de comprender sin conocer su génesis, porque tiene detrás la historia de la unidad ;católica en España y la represión secular, lo que no impide atribuir actualmente a estás iglesias en España un sesgo sectario". Este caracter provoca en los grupos cristianos no católicos -que en España se calcula que reúnen a 200.000 personas- una actitud antiecuménica y de rechazo a un entendimiento con los católicos.

En general, los cristianos españoles no católicos pertenecen a grupos minoritarios que "hacen mucho ruido y los medios de, comunicación les dedican espacios desproporcionados", según Julián Hernando, secretario de la Comisión Episcópal de Relaciones Interconfesionales.

Hernando, añadió que los miembros en España de la iglesias no católicas son fruto de misiones extranjeras que actuaron en ambientes permeables a la invasión ideológica y religiosa. Las buenas relaciones que la jerarquía católica española mantiene con miembros institucionales y jerarquías* de otras iglesias extranjeras no son paralelas a las que mantienen en España.

Pese al reconocimiento de la persecución sufrida por los no católicos en España, González opina que el sectarismo de los ciudadanos españoles no pertenecientes a la Iglesia mayoritaria les impide asumir el protagonismo de los católicos en otros países en que se produce la situación contraria.