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SANIDAD

El proyecto de ley general de Sanidad, que cuenta con el informe favorable de la OMS, estará terminado este año

El proyecto de Ley General de Sanidad, considerada por las autoridades sanitarias como la piedra angular de la reforma sanitaria, estará, terminado a finales de este año y se enviará al Parlamento aproximadamente dos meses después. El Gobierno empleará el trimestre próximo en perfeccionar el anteproyecto, teniendo en cuenta principalmente las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que ha emitido un informe favorable al esquema general y que ha iniciado recientemente una mayor relación con España, en consonancia con la aportación económica de nuestro país como Estado miembro de la OMS.

Un borrador del futuro proyecto de Ley Básica de Sanidad, publicado recientemente en un número especial de la revista Noticias Médicas, recoge la creación de un Servicio Nacional de Salud -que inicialmente será financiado por un Fondo Sanitario Interterritorial, para pasar luego a ser financiado por los Presupuestos Generales del Estado-, plantea un sistema de contratación laboral para los trabajadores sanitarios y unas determinadas reglas de incompatibilidades. El borrador pone énfasis en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Éste es el único documento para el principal eje de la reforma sanitaria de cuyo contenido se ha tenido noticia, pero la comisión encargada de elaborar el proyecto de Ley Básica de Sanidad trabaja actualmente en un borrador más perfilado y cuya copia ha sido remitida por las autoridades españolas a la OMS.El ministro español de Sanidad y Consumo, Ernest Lluch, ha recibido recientemente una respuesta del director de programas de la OMS para Europa, doctor Asvall, en la que se señala "una coincidencia plena" de los principios de la citada ley con los objetivos de la OMS. La respuesta de Asvall es extensa y pormenorizada en apuntes generales y específicos.

"Lo que nos ha hecho más impacto es ver que la OMS va mucho más allá que nosotros", ha comentado a este periódico Pedro Pablo Mansilla, asesor ejecutivo del ministro. En el documento de Asvall, éste sugiere una serie de puntos que sobrepasan las cotas de reforma dibujadas en el borrador del Gobierno, según Mansilla. Para Asvall, la ley española debe configurarse de forma que se ajuste más, y no sólo en los planteamientos de base, a los objetivos marcados por la OMS desde hace cinco años en Alma-Ata y ratificados ahora en Madrid.

Asvall propone la inclusión de cuanto concierne al transporte de enfermos; la lucha contra el tabaco; una clarificación de competencias sobre los incapacitados y determinación de las tareas a compartir entre las instituciones sanitarias y las de servicios sociales; los transplantes de órganos, el aborto, la esterilización y las autopsias, así como hacer referencia expresa a otras leyes que tengan incidencia en el campo sanitario, como la de Alimentos, del Medio Ambiente o del Consumidor.

Asimismo, señala la conveniencia de estudiar fórmulas que posibiliten una mayor participación ciudadana que la que recoge los consejos de salud diseñados en el borrador.

Según Pedro Sabando, presidente de la comisión redactora del proyecto de ley, tales recomendaciones serán tenidas "muy en cuenta" a la hora de elaborar el proyecto definitivo que se remita al Gobierno y al Parlamento a finales de este año.

Presencia española en OMS

La reunión de la Oficina Regional Europea de la OMS para estudiar los objetivos con vistas al año 2.000, celebrada en Madrid durante la semana pasada, eligió como presidente de la misma, con prolongación de mandato durante un año, al subsecretario español de Sanidad y Consumo, Pedro Sabando. La responsabilidad del subsecretario español en este cometido se centra en coordinar los trabajos para alcanzar los citados objetivos y conectarlos a la dirección central del organismo internacional. Este nombramiento, según lo define el subsecretario español, "supone una gran ayuda moral, es un espaldarazo que nos inyecta optimismo para cuanto queda por hacer".Las relaciones de las máximas autoridades sanitarias socialistas con los más altos cargos de la OMS no han sido fáciles durante el último año. Desde Oslo, donde Sabando expuso proyectos y escuchó reticencias porque no podía avalarlos con resultados (ni - positivos, ni negativos, inexistentes aún), hasta esta reunión de Madrid ha transcurrido casi un año en el que la OMS no sólo ha seguido con interés los prolegómenos del pretendido cambio sanitario en España, sino que ha encajado la insistencia del ministro español, Ernest Lluch, para que la presencia de España en el organismo internacional fuese pareja a la cuota que aporta al mismo anualmente como Estado miembro.

La cuota española anual a la OMS es de 10 millones de dólares (más de 1.500 millones de pesetas). La OMS sitúa a España, por su importancia, en uno de los primeros puestos, el noveno, de los Estados miembros. Por encima quedan Estados Unidos, URSS, Japón, Alemania Federal, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá. Sin embargo, según la valoración por el número de funcionarios españoles en la OMS, nuestro país ocupaba, hasta ahora, el 23º lugar en el listado de representación de cada país en el seno del organismo, y el 50º por el número de expertos ("España sólo contaba con uno o dos expertos en la OMS", señalan los datos oficiales al respecto), Este nivel participativo equiparaba a España; dentro de la OMS, con los países más subdesarrollados.

Hacia los 21 expertos

Por el sistema estructural de la OMS, un país no puede incrementar el número de funcionarios en dicho organismo si los aspirantes no han realizado previa mente trabajos en los paneles de expertos. De aquí que. el primer paso para aumentar la presencia de España en la OMS se haya dado en esta dirección. El ministro español presentó una propuesta de 50 especialistas para que fuesen integrados entre los expertos de la OMS, Dicha lista, por indicación de la OMS, ha quedado reducida a 21, de los cuales ya han sido aceptados nueve. Estos son: Raimundo Goberna, en bioquímica; Pedro Zarco, en cardiología; Carmen de la Cuesta, en enfermería; Josep Artigas, en organización de servicios médicos; J. Casal, en enfermedades bacterianas agudas; J. Estapé, en oncología; Guillermo Prat, en microbiología; Emiliano Zapatero, en administración de salud pública; Sergio Eril, en evaluación de medicamentos; y Alberto Portera, en neurología. Esta inclusión se lleva a cabo mediante un estudio pormenorizado de los expedientes profesionales "por lo que se está produciendo como un goteo", según fuentes ministeriales.

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