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Madrid, capital de la distensión

Gromiko advierte en la Conferencia de Madrid que las fronteras soviéticas son inviolables

Un tono de dureza, no exento de cierto matiz amenazador según los occidentales, empleó ayer el ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Andrei Gromiko, al dirigirse a los restantes 34 jefes de las diplomacias europeas, norteamericana y canadiense en la primera jornada de la sesión de clausura de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).Gromiko advirtió, en relación con el derribo por cazas soviéticos de un avión comercial surcoreano, que "el territorio soviético, las fronteras de la Unión Soviética, son sagradas" y que "cualquiera que recurra a provocaciones de este género debe saber que asumirá toda la responsabilidad". Las palabras del jefe de la diplomacia de la URSS fueron interpretadas por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, como la prueba de que "se puede repetir" un suceso como éste, que costó la vida a 269 personas.

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También se mostró "insatisfecho" por las palabras de Gromiko el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans Dietrich Genscher, quien manifestó que los interrogantes sobre "esta horrible tragedia, están aún sin contestar" por lo que pidió una rápida respuesta "para recuperar la confianza perdida". El ministro español, Fernando Morán, dijo que la intervención de Gromiko había sido "inteligente", pero "con las limitaciones propias de la posición en que se encuentra".

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Gromiko asegura que las acciones que pretendan exacerbar la tensión internacional "tendrán la respuesta que merecen"

Viene de la primera páginaLa intervención de Andrei Gromiko concentró casi todo el interés de esta primera jornada de clausura de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).

Hasta ese momento, 17.30 horas, todos los oradores, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Geoffrey Howe, y el de Polonia, Stefan Olszowski, se habían esforzado en valorar la esperanza de paz que supone el documento final de la CSCE, por encima de la amenaza que supuso el derribo del avión surcoreano.

Pero el ministro de Asuntos Exteriores y primer vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS vino a Madrid dispuesto a coger el toro por los cuernos en el tema del avión y a recordar que su país mantiene una posición de fuerza en este asunto. "Si se levanta la mano contra nuestros valores espirituales, sociales y cívicos, si, por hostilidad hacia el socialismo, se busca, de manera premeditada, exacerbar la tensión internacional, las acciones de este género van a encontrar la respuesta que merecen", puntualizó Gromiko.

En un tono sereno y pausado, pero con gran firmeza, Gromiko dijo que el "incidente está deliberadamente explotado por ciertos medios de EE UU para agravar la situación internacional. Estos medios se han lanzado a una oleada de calumnias, de insinuaciones imprudentes contra la URSS y los países del socialismo".

Gromiko repitió, la versión soviética oficial y explicó que "puesto que el avión cometió la infracción de no obedecer la orden de dirigirse hacia un aeropuerto soviético e intentó huir, el caza-interceptor ejecutó la orden dada por el puesto de mando de poner término a ese vuelo. Esta acción se encuentra en plena conformidad con la ley sobre las fronteras de Estado que ha sido publicada. Esta provocación de gran envergadura es utilizada por sus autores en interés de su política militarista y para atizar la histeria de la guerra".

Gromiko habló también del éxito de la Conferencia de Madrid y afirmó que el documento aprobado permite "una cooperación mutua y ventajosa entre los Estados participantes" y anima Ios esfuerzos en favor de la paz europea y universal". Destacó la importancia de la convocatoria, para enero, en Estocolmo de una conferencia sobre desarme en Europa, pero omitió toda referencia a las reuniones sobre derechos humanos y contactos humanos, también convocadas en el documento y en las que se tratarán los casos de violación del Acta de Helsinki por la URSS. Para garantizar la seguridad europea e internacional, Gromiko destacó como imprescindible mantener el equilibrio militar y estratégico aproximado entre el Pacto de Varsovia y la OTAN: "aspirar a una supremacía militar para asegurar una posición dominante en el mundo supone el relanzamiento de la carrera de armamentos y el aumento de la amenaza de una catástrofe nuclear".

Gromiko consideró que "las negociaciones entre la URSS y Estados Unidos sobre la limitación de armamentos nucleares en Europa son todavía susceptibles de producir un acuerdo" y repitió la posición de su país a favor de la "congelación de los arsenales nucleares", empezando por los de la URSS y EE UU.

El secretario de Estado norteamericano siguió desde su asiento, en la esquina opuesta al lugar que ocupa la delegación soviética, el discurso de Gromiko hasta el final.

Posteriormente, hizo una breve declaración en la que confirmó su entrevista de hoy con Gromiko, a pesar dé que confesó estar "muy contrariado" por el discurso de éste.

En la sesión de la mañana, intervino Fernando Morán con un discurso propio del ministro de un país anfitrión. Sólo hizo una referencia indirecta al suceso del avión y recomendó: "No permitamos que se nos escape de las manos el preciado objetivo de la distensión, no ensombrezcamos aún más una atmósfera internacional ya tensa y compleja".

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans Dietrich Genscher, destacó el valor del documento de Madrid como "una contribución a mantener viva la conciencia de una Europa unida".

Los ministros occidentales que intervinieron ayer en el plenario de la conferencia criticaron con diferentes grados de dureza el derribo del avión de línea surcoreano. Canadá fue uno de los países más tajantes al calificar de "acto consciente que no admite justificación" el incidente.

Los occidentales insistieron en pedir una explicación y las correspondientes indemnizaciones a la URSS, mientras que los Estados del Este europeo hablaron de la "provocación" que supuso el sobrevuelo del jumbo sobre una zona estratégica soviética.

Los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la Alianza Atlántica celebraron por la mañana una reunión en la que George Shultz les mostró el vídeo y la cinta con la grabación de los momentos previos al disparo por los aviones soviéticos de los misiles que destruyeron el jumbo surcoreano.

El derribo del avión fue motivo de una conversación entre Morán y Shultz, quienes hablaron ayer, durante 50 minutos, de Centroamérica, la OTAN y las consecuencias para las relaciones Este-Oeste del acuerdo final en la CSCE.

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