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La Biblioteca Nacional contará con un gran almacén para sus fondos cerca de Madrid

El centro tiene los mismos empleados que cuando terminó la guerra civil

La Biblioteca Nacional contará en el transcurso de unos meses con un nuevo centro en los alrededores de Madrid que será destinado inicialmente a almacenar los libros raros o duplicados que ya no caben en las dependencias de la sede del paseo de Recoletos. Varios ayuntamientos de pueblos cercanos a Madrid, preferentemente de la parte de la sierra, han ofrecido a la dirección de la biblioteca terrenos o facilidades para construir nuevas dependencias complementarias del primer centro bibliográfico del país.

En principio las nuevas dependencias servirán de depósito de ejemplares duplicados de nuevas adquisiciones y de libros de consulta poco frecuentes, pero poco a poco se irán montando en las mismas una gran biblioteca de préstamos y el centro de coordinación de ordenadores para la comunicación e intercambio con otras bibliotecas españolas y extranjeras, según ha explicado el director de la Biblioteca Nacional, Hipólito Escolar."Al agravarse en los últimos tiempos el antiguo problema de la falta de espacio", dice Hipólito Escolar, "me dirigí a los alcaldes de la sierra de Madrid -el frío y la falta de polución es imprescindible para la correcta conservación de los libros- exponiéndoles el tema y solicitando su ayuda. Hasta ahora han contestado ofreciendo ayuda pueblos como Alcobendas, Alcorcón, Alpedrete, Guadarrama, las Rozas, Valdemorillo, Pozuelo de Alarcón, Collado Mediano y Becerril. Ahora una comisión de especialistas estudiará cada oferta y elegirá la que más convenga".

Hipólito Escolar dice que las dependencias de la misma ya no pueden albergar por más tiempo la entrada de publicaciones - 125. 000 libros al año- ya que, si se continúa con este ritmo, dentro de 20 años la biblioteca tendrá tres millones de volúmenes, el doble de los que ahora tiene, que ocupan 106 kilómetros alineados en salas, pasillos y rincones.

Salas de lectura

El segundo centro de la Biblioteca Nacional podría tener también salas de lectura y ayudar de esa forma a resolver en parte el problema de la falta de espacio para las consultas diarias de sus fondos. Hipólito Escolar ha manifestado su preocupación por el hecho de que estos días la Biblioteca Nacional registre un lleno de usuarios "porque esto significa que dentro de un mes, cuando ya hayan comenzado las clases, habrá largas colas y no se podrán atender todas las peticiones".Según Hipólito Escolar, este centro está funcionando al máximo desde hace ocho años. "Cada vez acude más gente a la biblioteca -superan los 3.000 lectores diarios-, por lo que no se han resuelto los problemas a pesar de que desde 1975 hemos duplicado el número de puestos de lectura, hemos reducido la pérdida de tiempo y hemos puesto 60.000 libros de consulta directa por los usuarios".

Hipólito Escolar vuelve a recordar que es un milagro que funcionen los préstamo -que están en vías de inforinatización- las consultas y la catalogación, ya que todo este trabajo está encomendado a cien personas, entre bibliotecarios, ayudantes y administrativos, "cuando la Biblioteca Nacional debería estar atendida por 3.500 personas". "Somos el mismo número de personas trabajando en este centro que cuando se acabó la guerra", dijo.

Según personas que siguen de cerca los problemas que tiene el primer centro bibliográfico nacional, una salida de urgencia a las dificultades de almacenamiento y consulta sería la. utilización de las dependencias que en el mismo edificio ha dejado libre la Academia de Bellas Artes. Pero el destino final de estas dependencias está pendiente de la decisión del ministro de Cultura, ya que también ha solicitado su ampliación y expansión hacia estos locales el Museo Arqueológico Nacional.

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