Las Malvinas, convertidas en una gran máquina de guerra

Con recursos que parecen inagotables, los ingleses han formado una máquina de guerra eficiente y muy bien armada. Como si fuera un corredor -cuyo punto inicial es la base aérea de Brize Norton, aúna hora de Londres, pasando por Dakar, donde se hacen escalas técnicas antes de la isla de la Ascensión y de ahí hasta las Malvinas, con los Hércules C-130 repostando en el aire-, los británicos se están dando el lujo de gastarse, solamente en este año, Cerca de 1.000 millones de fibras (230.000 millones de pesetas) en la defensa de lo que llaman las Faklands Islands.El presupuesto general de Defensa inglés para esté año. es de 14.000 millones de libras y fuentes independientes señalan que el total real se aproxima de los 18.000 millones de libras. Los gastos relacionados con las Malvinas representarían el 5%, más de 900 millones de libras. Si a ello se suman los gastos en otros apartados, como la importación de cerca de 400 trabajadores británicos para empezar la construcción del. nuevo aeropuerto que tendrá uso militar y civil, la cifra es astronómica a niveles de América. Latina.Defensa aéreaEn las Malvinas hay, en estos momentos, según el comandante en jefe de las fuerzas británicas, general Keith Spacey, entre 4.000 y 4.500 hombres. Es un dato oficial. Pero si se computan los servicios de apoyo -Brize Norton, Dakar y isla de la Ascensión- la cifra se aproximaría a los 12.000 hombres, según fuentes diplomáticas latinoamericanas. El Reino Unido tiene unos 30 barcos en las Malvinas, de los cuales casi el 50% son de guerra, Hay4os hoteles flotantes para las tropas, cada uno con una capacidad de alojar 2.700 hombres y un tercero está en camino para relevar a barcos civiles, utilizados para ese fin, como el Uganda.

Un sistema completo de misiles antiaéreos Rapier, con casi dos docenas de baterías, que se encontraba en la República Federal de Alemania en instalaciones de la OTAN, transformó el cielo de las Malvinas en un punto peligroso y muy bien defendido. Periódicamente, y recibiendo órdenes directas de Londres, según comentarios del ingeniero nuclear David Fisher, responsable del reactor atómico del submarino Valiant, dos submarinos nucleares ingleses hacen misiones de patrulla y reconocimiento, en el Atlántico sur.

La actividad de construir instalaciones militares es febril y se extiende por todos los locales donde se encuentren las tropas británicas. Se están haciendo nuevas carreteras en la capital de las islas, Port Stanley, que formarán el llamado circuito militar, de uso exclusivo para transporte militar. Hay obras militares de diversos tipos en casi 27 puntos distintos de las Malvinas.

La perla de la militarización total de las Malvinas es el futuro aeropuerto, que será construido a mitad de camino entre Port Stanley y Goose Green. Algunas fuentes británicas no descartan la posibilidad de que el aeropuerto sea el Corazón mifitar de todo el sistema de defensa de las islas, lo que implica automáticamente aceptar la creación de una superbase militar en las islas.

El nuevo aepropuerto, que costará cerca de 215 millones de fibras, según el gobernador Rex Hunt, es el centro de los intereses británicos. Los habitantes de las islas y algunos militares reconecen que Londres no tiene mucho interés en un plan de desarrollo económico de las Malvinas y para refrendarlo citan que lo único que se consiguió arrancar de Londres para desarrollo económico fueron 31 millones de libras en cinco años.

En el antiguo aeropuerto de Port Stanley, acerca de 10 kilómetros de la pequeña ciudad, están estacionados en estos momentos nueve Phantom y ocho Harrier, que hacen vuelos de patrulla diarios, siempre juntos un Phantom y un Harrier. De cuando en cuando salen dos Phantom y dos Harrier juntos, lo que provoca inmediatamente comentarios en las islas de que ha sido detectado algún avión argentino, como pasó hace tres semanas. Los ingleses dicen que los argentinos hacen eso para mantener un clima de tensión entre los ingleses.

Alta seguridad

Entre la playa de Rookery Bay y el aeropuerto de Port Stanley, en un área de más de un kilómetro cuadrado, están los depósitos de munición de los ingleses, considerados zona de alta seguridad. La playa, completamente minada por los argentinos, es uno de los puntos más peligrosos de las islas. El mayor Jeff Wards, especialista en desactivación de minas, dice que solamente con el futuro desarrollo de nuevos sistemas de localización será posible neutralizarlas. En estos momentos, dice Wards, un tercio de las islas están minadas y no son utilizables para ningún fin.

Los argentinos dejaron, según el mayor Wards, aproximadamente 2.100.000 artificios explosivos, de un valor incalculable. Mezcladas con las cajas de acero de munición británica, se pueden ver pilas de dos metros de altura de cajas de munición argentina, la casi totalidad de fabricación propia o norteamericana. El coronel Cristopher Wolverson, comandante en Goose Green, escenario de una de las más sangrientas batallas de la guerra, dice que los ingleses quieren una solución pacífica para el problema de las Malvinas y que hay una exageración en las noticias que circulan sobre la militarización de las islas.

La pregunta que más malestar provoca en los ingleses es si hay o no armas nucleares en las Malvinas. Todos, sin excepción, desde un simple capitán al comandante militar del aeropuerto de Port Stanley, afirman que sería una irresponsabilidad de los ingleses nuclearizar el archipiélago. Lo que no se explica es como las fuerzas inglesas que están en las Malvinas, cuya mayoría estaba integrada en el dispositivo de defensa de la OTAN, van a dejar de operar con sus armas nucleares tácticas. Como ya Regaron los submarinos nucleares y éstos disponen, sin duda alguna, de misiles nueleares, lo que se teme es que las islas reciban, una vez terminadas las obras; militares, artefactos nucleares.

El capitán Bob McQueen, comandante de la fragata HMS, Broadsword, que durante la guerra estaba al lado del Coventry, cuando éste fue hundido por la Fuerza, Aérea argentina, comenta que espera que los argentinos se hayan: concienciado de la lección que les, dieron los ingleses y no repitan un, ataque militar. Según él, los argentinos cometieron en la guerra un error fundamental: ignorar los submarinos nucleares. Cuando estos entraron en combate, hundiendo el acorazado General Belgrano, la guerra se tomó incontenible.