Apoyará la creación de compositores jóvenes y contemporáneos

Luis de Pablo, compositor español de vanguardia, de 53 años, quiere sacar la música contemporánea española del gueto haciendo funcionar de una manera coherente y eficaz el Centro de Difusión de Música Contemporánea, cuya organización le ha encargado la Dirección General de Música y Teatro. El nombramiento de Luis de Pablo no se ha hecho aun de forma oficial, aunque el compositor ya trabaja en el proyecto, que se hará realidad el próximo,12 de octubre, en el Teatro Real de Madrid, sede central del mencionado organismo.

Luis de Pablo se apresuró ayer a declarar que, aunque esté basado en Madrid, el Centro de Difusión de la Música Contemporánea no tendrá carácter centralista, sino que realizará sus actividades por toda España, procurando sacar del gueto la música contemporánea española y extranjera.Considera Luis de Pablo que con la creación de este centro, cuyas disponibilidades económicas él desconoce aún, "aunque yo no quiero ser el amo de los cuartos", "se cubre una laguna cultural que existía incomprensiblemente en nuestro país", en contraste con lo que pasa en otras naciones de nuestro entorno cultural, donde el respeto y la difusión de la música contemporánea forman parte de cualquier programación.

Obras de clásicos actuales

El centro que va a dirigir Luis de Pablo va a poner énfasis en la difusión de las obras claves de la música contemporánea. Por música contemporánea entiende la que se ha hecho desde los años 15 ó 20 hasta nuestros días. Asimismo, prestará especial atención a "obras más recientes que son fundamentales de autores a los que se podía llamar ya clásicos actuales, entre los cuales hay españoles".Le preocupa mucho a Luis de Pablo difundir y apoyar la música joven española y extranjera, que él estima desasistida. Luis de Pablo entiende por "música joven" aquella "que hacen los compositores jóvenes". Para poner un límite a la juventud puede, valer la definición que hace el propio De Pablo sobre su edad: "Yo seré joven hasta que me muera".

Protagonista de frustraciones

No se trata, con estas actividades de apoyo a la música joven, "de ayudar a conjuntos que económicamente se defienden y a compositores que ya tienen sus canales, sino de prestar ayuda fundamental a aquellos que aun carecen de tales canales y de tales apoyos". Considera obvio que un organismo de esta especie base su trabajo en la existencia de intercambios internacionales, "un intercambio que en el campo de la música hoy no existe en España".Luis de Pablo, que es un intelectual español conocido por su entusiasmo y por su laboriosidad, pone especial empeño en este proyecto porque él mismo ha sido protagonista de las frustraciones de los compositores españoles de vanguardia. Desde el año 1959 a 1972 él y un grupo de grandes amantes de la música desarrollaron una actividad que fue fundamental para el, desarrollo de la música contemporánea, a pesar de las reticencias de las que él espera que este país se despoje con la creación de este centro de difusión.

En el Centro de Difusión de la Música Contemporánea se alternarán los conciertos con los cursos de formación musicológica. "La musicología", dice Luis de Pablo, "no es sólo del siglo XVI sino que es también de la actualidad. Y, si me apuran, es también del futuro. Recuérdese a Adorno, que vislumbró el futuro de la música estudiando la musicología".

El Centro de Difusión de la Música Contemporánea comenzará sus actividades el próximo 12 de octubre, y Luis de Pablo recalca que no se ha elegido la fecha por ningún afán conmemorativo. Su sede central estará en el Teatro Real de Madrid. La primera actividad consistirá en dos conciertos. Por una parte, se interpretará el Concierto en clave, de Falla, en la versión de clave y en la de piano, para comparar; ambas interpretaciones serán separadas entre sí por Superficie número 1, de Carmelo Bernaola.

El nombramiento de Luis de Pablo para dirigir este centro de difusión de la música se da a conocer una semana después de que se difundiera la noticia de la creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que también tendrá carácter estatal y que se ha encargado a Adolfo Marsillach.

Tanto en un caso corno en otro, los responsables de los dos nuevos centros han declarado su intención de poner el objeto de su trabajo al servicio de una verdadera investigación de la música contemporánea, en un caso, y del teatro clásico, en el otro.