Malestar en las autoridades eclesiásticas por el despliegue policial en el viaje del Papa a Lourdes

Existe un fuerte malestar entre las autoridades civiles y eclesiásticas respecto a la visita papal a Lourdes, ya que las severas medidas de control que el ministerio del Interior pretende aplicar a los peregrinos hacen temer una disminución de la afluencia masiva de fieles a los actos programados.Juan Pablo II no podrá darse un baño de masas, como suele hacer, ya que no se permitirá a ningún visitante que se acerque a menos de 40 metros del Papa.

El Canard Enchainé afirmó el miércoles que el prefecto de Tarbes, Jacques Palazy, recibió dos cartas de amenaza contra el Papa. Una de ellas fue enviada por una organización separatista vasca mientras que un perturbado de origen irlandés fue el autor de la segunda.

La sicósis de atentado que aterra a los responsables de la seguridad no es del todo compartida por los organizadores que consideran que "el mayor atentado sería el absentismo".

Medios oficiales prevén la asistencia de 200.000 peregrinos, mientras que medios eclesiásticos insisten en que se llenará la pradera del santuario mariano, si se evitan las medidas draconianas de control. En este lugar, capaz de acoger a 300.000 personas, el Papa oficiará la misa de campaña el día de la Asunción.

Un policía francés realizó el pasado fin de semana el viaje entre Roma y el aeropuerto de Tarbes, donde, el 14 por la tarde, François Mitterrand recibirá personalmente al Papa. Después del vuelo, el especialista en cuestiones de seguridad cogió un supuesto papamóvil, se dirigió a la prefectura, esperó dos horas simbólicas y salió hacia la gruta.

Luego simuló la presencia del Papa en la procesión de antorchas y subió al podio octogonal que acogerá al Pontífice en su celebración eucarística. Desde los sitios más inverosímiles, algunos de los 3.200 policías que protegerán al Papa -200 de ellos de paisano- siguieron sus evoluciones, ajustando ángulos de mira y añadiendo detalles a las sofisticadas medidas de seguridad puestas en pie por el Ministerio del Interior.

Todas las viviendas situadas en el recorrido papa¡ fueron inspeccionadas y fue abierta una investigación sobre sus ocupantes. Muchos de esos vecinos, que estarán ausentes el próximo domingo, han dejado a la policía las llaves de sus apartamentos, por lo que pueda pasar.

Equipos de hombres-rana entran y salen del torrente que rodea la gruta, realizando trabajos de rastreo. La policía no registrará a los peregrinos que lleven bolsas transparentes, pero nadie podrá entrar en el santuario a si no es con las manos vacías.