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Óscar Mejía acusa al ex embajador de España de colaborar con la guerrilla guatemalteca

El nuevo jefe del Estado guatemalteco, general Oscar Mejía Vidores, llegado al poder el lunes mediante un golpe de Estado, reafirmó ayer la postura del Gobierno de este país sobre la rotura de relaciones diplomáticas con España y acusó al ex embajador en Ciudad de Guatemala, Máximo Cajal, de haber "colaborado con la subversión" mientras ejercía sus funciones diplomáticas en el país centroamericano.

El Gobierno de Madrid rompió relaciones con Guatemala a raíz del asalto a la Embajada española en la capital guatemalteca, en enero de 1980, a consecuencia del cual murieron 41 personas.El general Mejía Victores dijo en su primera conferencia de prensa desconocer las tres condiciones exigidas por España para la reanudación de las relaciones. "No conozco las exigencias. Yo era ministro de Defensa, no de Relaciones Exteriores; hablaré con el canciller sobre ello", añadió.

Las condiciones exigidas por España para la reanudación de relaciones son la investigación de las responsabilidades en el asalto, la indemnización a los familiares de las víctimas y al Estado español y el reconocimiento de la actuación ¡legal de las fuerzas que asaltaron la Embajada española.

A preguntas de un periodista sobre si el nuevo Gobierno militar reconocería la culpabilidad guatemalteca de los sucesos ocurridos entonces, Mejía Victores respondió: "No sé qué reconocimiento nos podrían dar (los españoles) sobre que el embajador estaba sirviendo de intermediario con la subversión". El general Mejía se refería a Máximo Cajal, embajador de España en Guatemala cuando sucedieron los hechos.

El nuevo hombre fuerte guatemalteco, que ha asumidb la presi dencia tras derrocar al también general Efraín Ríos Montt, explicó que la solución a la rotura de relaciones diplomáticas entre los dos países sería que ambos aceptaran que fue "un error".

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"No" a Contadora

El general Mejía Victores dijo en otro momento de su conferencia de prensa que su Gobierno considera que el grupo de Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela) "no tiene nada que hacer en América Central.

"Los problemas de la zona deben ser resueltos por los centroamericanos, añadió. Guatemala, dijo Mejía, está lista para intervenir el la problemática regional". Esta posición, en la línea de EE UU contradice la adoptada el mismo día del golpe.

El presidente guatemalteco afirmó que su situación política es sólida (alusión a discrepacias militares sobre su nombramiento como jefe del Estado) y prometió una amnistía general para todos los guatemaltecos, incluídos los grupos guerrilleros.

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