McFarlane sigue sin poder reducir diferencias en Oriente Próximo

El enviado especial norteamericano para Oriente Próximo, Robert McFarlane, llegó anoche a Beirut con las manos vacías, después de haberse entrevistado ya, en su nueva gira, con Menájem Beguin, Amin, Gemayel, Hafez el Asad y los reyes Hussein de Jordania y Falid de Arabia Saudí. Antes de llegar a la capital libanesa procedente de Arabia Saudí, el embajador norteamericano hizo una escalaisorpresa en Animan. En medios jordanos bien informados se considera que-la misión de McFarlane en Oriente Próximo consiste en "disipar las tensiones y mantener el statu quo" hasta las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.El paso por Taef fue particularmente duro para McFarlane, que tuvo que guardar 24 horas de antesala antes de ser recibido por Falid, quien, además, rechazó la proyectada redistribución de los efectivos israelíes en Líbano, in forma Efe.

Fahd expuso a su interlocutor la postura saudí ante la situación, centrada en la necesidad de que se restablezca la unidad y la independencia de Líbano y de que se retiren todas las tropas israelíes para que el Gobierno de Beirut pueda extender sú soberanía sobre todo el territorio nacional. El propio so berano manifestó tras el encuentro "la importancia que Arabia Saudí concede a la unidad y la independencia de Líbano".

McFarlane, que llegó a la capítal de verano saudí el domingo, salió ayer de Taef con destino a Amman. En la capital jordana fue in mediatemente recibido por el rey Hussein. El monarca hachemita se entrevistó con McFarlane rodeado de varios altos, funcionarios jordanos, entre los que se encontrabán el primer ministro, Mudar Ba dran, y el jefe de palacio.

En esta entrevista se abordó la situación que atraviesa el área en el marco del actual estado de las relaciones jordano-norteamericanas, que atraviesan un momento de frialdad después de que Hussein se abstuviera de sumarse al plan Reagan para Oriente Próximo, al no haber logr ado el pertinente aval palestino.

En Jerusalén se destaca el frío recibimiento que los saudíes han dispensado a McFarlane, y el diario Jerusalen Post informa que la retirada de las tropas extranjeras de Líbano puede retrasarse varios meses.

Mientras tanto podrán seguir produciéndose situaciones de tensión como la derivada del derribo de un avión espía israelí por mis¡les sirios en el valle de la Bekaa. La radio militar israelí atribuyó el hecho a un accidente fruto de la tensión reinante en las filas sirias, aunque en círculos militares no se descarta la posibilidad de que el incidente fuera provocado por Siria para caldear el ambiente y obtener mayores beneficios en las negociacioríes con McFarlane.

Yasir Arafat, mientras tanto, manifiesta que no puede haber paz ni seguridad en Líbano mientras no esté solucionado el problema palestino. La culpa, según Arafat, hay que atribuírsela a Estados Unidos, que "quiere tapar el sol con el índice diciendo no a la Organización para la Liberación de Palestina y a la autedeterminación palestina". El dirigente palestino anunció ayer que se van a realizar nuevas ofertas a Damasco para que el Ejército sirio se abstenga de emprender acciones contra las fuerzas palestinas que tiene rodeadas en Líbano.