Valle de los Caídos: memoria histórica

Quisiera ser el primero en adherirme a la propuesta hecha por Alfredo Alcaín (EL PAÍS, 24 de julio de 1983), uno de los mejores pintores que ha dado la resistencia contra la losa franquista, dicho sea de paso, para convertir el Valle de los Caídos en un museo del franquismo. Esa experiencia vivida en nuestro país ha dado, como el fascismo en Italia y el nazismo en Alemania, una muestra estética unitaria y peculiar, que debería de amueblar permanentemente nuestra memoria histórica. Para ello, nada más adecuado, a mi juicio, que el monumento arquitectónico más representativo del gusto oficial nacido de la ideología franquista. El Valle de los Caídos podría albergar además una biblioteca, centro de los estudios que investigadores de todo el mundo deben de poder realizar en esa fuente única, que hay que mantener viva.Como aliviadero de la tensión dialéctica de tamaña fundación, debería de habilitarse asimismo, en lugar adecuado, un museo de la resistencia, que albergara la obra escrita, plástica y sonora que produjo la lucha y el sacrificio de tanto demócrata irreductible. Ya qué, aunque ahora casi no lo parezca, resistencia hubo, heroica en algunas de sus fases, y soterrada en otras épocas de tristeza y tedio. Conviene también constituir en permanentes, sus productos de estética y de pensamiento. /

(Reino Unido).