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España empieza a vertebrarse

La cumbre celebrada en Rentería (Guipúzcoa) por tres decenas de alcaldes socialistas -dieciocho de ellos al frente de ayuntamientos vascos- ha inspirado a ETA una nueva ofensiva de terror. Dos guardias civiles fueron asesinados horas después de finalizada la cumbre en el muelle de Guetaria, y, en las últimas horas del domingo, el Gobierno Civil de Bilbao recibía el impacto de una granada que se lanzó, al parecer, desde más de cien metros de distancia. Se trata, como parece obvio, de una provocación a las fuerzas del orden y al Ejército, como viene siendo habitual en ETA cuando en medios políticos se propugna en Euskadi una estrategia de solidaridad y de paz. Al argumento del terror respondieron inmediatamente, con argumentos de coherencia civil, tanto el PSC-PSOE, por boca de su secretario general, Txiqui Benegas, como las autoridades del Estado. El PNV condenó los hechos con su proverbial laconismo. El. señor Benegas recordó que "ETA quiere echar un pulso al sistema democrático". Debe añadirse que el sistema democrático también ha echado un pulso a ETA. La decisión que se observa en las últimas declaraciones del poder ejecutivo, de la Corona y de los líderes socialistas del País Vasco muestra una firmeza renovada.El Gobierno socialista está recibiendo un trato de disfavor por parte de ETA. Como se temía antes, incluso, de las últimas elecciones generales, el gran enemigo del terrorismo vasco es la izquierda civilizada y, en estas circunstancias del país, moderada. La cadena intermitente de atentados etarras y la estrategia de hostigamiento municipal que utiliza Herri Batasuna en los ayuntamientos contra el Estado obliga al Gobierno a dedicar una atención especialísima al terrorismo. Ocurre, sin embargo, que en la defensa de las libertades coinciden todas las instituciones del Estado, todos los partidos políticos con implantación estatal y, como acaba de demostrarse elocuentemente en Rentería, el partido que apoya más directamente al Gobierno.

La solidaridad desplegada por tres decenas de alcaldes socialistas hacia el de Rentería es algo más que un gesto partidario; es una forma de hacer alta política y de asumir altas responsabilidades de Estado. Estos hechos fortalecen el papel de los partidos políticos en el funcionamiento de la democracia. No se trata, pues, de simples máquinas electorales dedicadas al logro del poder para su ulterior disfrute, sino especialmente de organizaciones que vertebran la vida nacional. El despliegue de alcaldes socialistas en Rentería -entre los que se encontraba el de Madrid, Enrique Tierno Galván, sensato y relajante- tiene una eficacia política muy fuerte. Un colectivo social y militante, en muchos de cuyos sectores se critica al Gobierno que ha salido de sus mismos cuadros, desplaza a un foco de tensión de Euskadi a sus alcaldes más representativos. La sociedad española empieza a vertebrarse.

2 de agosto

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