Donde volar es sólo volar
superman IIIDirector: Richard Lester.
Producción: Alexander Salkind. Guión: Davidy Leslie Newman. Música: 1 Ken Thorne. Fotografia: Robert Paynter. Intérpretes: Christopher Reeve, Richard Pryor, Jackie Cooper, Marc MeClure, Annette Roos. Comedia de aventuras. Norteamericana, 1983.
Locales de estreno: Capitol, Luchana 1, Carlton, Candilejas, Europa.
Mientras resistan los espectadores, cada verano volará Superman sobre nuestras cabezas, y no sólo en la pantalla, donde la contemplación de sus vuelos sigue sin relieve y exige el previo acuerdo del espectador, sino en las más variopintas oportunidades. Al vuelo anual de Superman se contribuye con entusiasmo, incluso desde los medios públicos: baste recordar el amplio reportaje con que televisión contribuyó al lanzamiento de Las actuaciones cómicas esta película poco antes del es- y la carta del actor
Posibilidades humorísticas de Lester
No de otra forma cabe entender tanto entusiasmo previo por este Superman III. Ninguna de las dos primeras películas ha podido sorprender por sus calidades.En todo caso, la segunda parte, que ya dirigió Richard Lester, apuntaba respecto a la primera una posibilidad humorística que hizo más soportable el espectáculo. Tanto es así que Superman III insiste en el humor por encima incluso de lo que su materia de origen le permite.
Los primeros minutos de proyección, antes de que el personaje volador aparezca, componen un divertido cortometraje sobre los disparates de una gran ciudad: en ellos brilla el lejano Richard Lester de las películas que interpretaron los Beatles, ese Lester que ha sido vencido en lo fundamental por las grandes productoras.Esporádicamente, como en el arranque de Superman III, se reconoce su imaginativa visión de la comedia, pero la impronta que le inspiraba ha dado paso ahora a ,una mecánica fabricación de gags.
Las actuaciones cómicas y la carta del actor
Lester ha tenido que forzar el guión para que las situaciones cómicas dominen el conjunto, y ello aun a costa de Jugarlo todo a la carta del actor de color Richard Pryor, que cuenta con el beneplácíto de buena parte del público pero también con la aversión de otro suficiente número de espectadores que no ríen ante sus exageradas muecas.Richard Pryor es en esta película un protagonista fundamental, el leve hilo conductor de las distintas aventuras / salvamentos de Superman, tan cerradas dramáticamente como la entrega semanal de los viejos tebeos.
Ninguna tiene especial relieve, salvo la que transforma en malo aSuperman hasta que consigue vencerse a sí mismo: de nuevo el ingenio de Lester figura levemente por entre sus imágenes.
La peripecia presuntamente más brillante se reserva para el final, cuando Superman debe enfrentarse a un pérfido ordenador, programado para destruirle: Sin embargo, no es en ella donde Lester ha volcado lo mejor de la película: la confusión reemplaza al humor y la tosquedad cubre el hueco abandonado por la imaginación, como si se hubiera confiado el éxito a la aparatosa máquina del decorado y a las gracias de Richard Pryor, que a esas alturas de la película se repiten ya incansablemente.
Vendrán seguramente nuevos supermanes para otras temporadas, o serán reemplazados por figuras similares. Y es que se trata de cubrir con el cine lo que las publicaciones de dibujos dejaron sin herederos antes que de realizar buenas películas.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.