La tierra trajo la muerte
Un equipo de rescate transporta el cadáver de uno de los cerca de 100 trabajadores que murieron el viernes por un desprendimiento de terrenos en las obras de una central hidroeléctrica, 140 kilómetros al este de Bogotá. Se ha implantado la ley seca en la zona para evitar disturbios, en tanto que los trabajadores culpan a la empresa italo-mexicana que construía la central de falta de medidas de seguridad. Algunas personas han podido ser rescatadas con vida.
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