Rentería recupera la normalidad

Seis días después de los dramáticos sucesos que provocaron la suspensión de las fiestas, Rentería ha recuperado la normalidad, rota únicamente en la mañana de ayer por una amenaza de bomba que obligó a desalojar el ayuntamiento. Las tres banderas fueron arriadas la noche del lunes, momentos antes de que las fuerzas de la Policía Nacional abandonaran la casa consistorial. De madrugada, volvieron a reproducirse las manifestaciones y las cargas policiales, una hora después de que unas 1.000 personas asistieran a la quema de un muñeco que representaba al alcalde y que posteriormente fue arrojado al río. La práctica totalidad de las personas que fueron atendidas en centros hospitalarios se han incorporado ya a sus casas, pero un joven que fue alcanzado por un bote de humo ha perdido un ojo.José María Gurruchaga, alcalde de la ciudad, no convocará hoy el pleno en el que los partidos PNV, EE y HB pretendían presentar una moción de censura contra él. La ciudad permanece todavía vigilada por efectivos policiales en un número muy inferior a días pasados. La noche del lunes, una vez que la policía abandonó el ayuntamiento, el secretario y algunos concejales se personaron en el edificio acompañados de un notario para testificar el estado de la casa consistorial. El ayuntamiento había sido barrido, y sólo los cristales rotos, un montón de piedras y restos de un cóctel molotov reflejaban lo sucedido.

El resto de los ayuntamientos guipuzcoanos, cuyas corporaciones decidieron colocar únicamente la ikurriña, se han replanteado sus posturas tras los sucesos de Rentería y las advertencias del Gobierno Civil. En Villabona y en Ordizia, los ayuntamientos han optado por la retirada de todas las banderas, al igual que en Pasajes de San Juan, adonde esta madrugada acudieron fuerzas de la seguridad del Estado para colocar la bandera española junto a la ikurriña que ondeaba días atrás.