El alcalde de Rentería lamenta haber quedado solo en defensa del cumplimiento de la ley
El alcalde de Rentería, José María Gurruchaga Zapirain, tiene 36 años, es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales y ha ejercido de profesor de EGB en la localidad guipuzcoana de Zizurkil hasta que en las pasadas elecciones accedió a la alcaldía de Rentería, sustituyendo en ese puesto a un militante de Herri Batasuna. Nunca ha vivido en Rentería, aunque antes de su nombramiento conocía ya esta ciudad, en la que tiene familiares directos. Milita en el Partido Socialista de Euskadi-PSOE desde hace dos años y confiesa estar decepcionado por la falta de apoyo de otras fuerzas políticas en su empeño de hacer respetar la ley.
"Los acontecimientos de estos días en Rentería han sido terribles y dramáticos. Es lamentable constatar que la violencia en Euskadi es difícilmente erradicable porque hay grupos políticos que la apoyan y otros se muestran timoratos a la hora de defender la legalidad democrática que dicen aceptar. Estoy dolido y decepcionado por la actitud de las fuerzas políticas que nos han abandonado en esa tarea de hacer cumplir la legislación".El alcalde de Rentería afirma no poder hacer un juicio de valor sobre la actuación de los policías de paisano el día previsto para el inicio de las fiestas. "Sé lo que pasó el jueves en la plaza y sé que fue terrible, pero yo no sé que hubiera pasado si la policía no hubiera intervenido; por lo visto, había grupos violentos que pretendían asaltar el ayuntamiento. Yo", señala José María Gurruchaga, "he actuado dentro de las competencias municipales que poseo, ignoraba la existencia de los policías de paisano hasta que fui informado de ello por un guardia municipal. Me limité entonces a ordenar que se cerraran las puertas y que no se permitiera el paso más que a la corporación y a la prensa".
"Quiero decir", añade, "que me parece lamentable que todo esto haya sucedido por el hecho de que un alcalde cumpla la legalidad democrática. Si el partido mayoritario en Euskadi no asume su papel de garantizar el cumplimiento de las normas democráticas, que él mismo ha votado, muchos ciudadanos vascos pueden seguir su ejemplo y entonces podemos llegar a una situación increíble".
A la pregunta de si los violentos sucesos no podrían haber sido evitados adoptando la decisión de no colocar bandera alguna, Gurruchaga sostiene que las otras fuerzas políticas no proponían este tipo de soluciones. "Ningún corporativo de otros grupos contactó conmigo cuando la comisión de fiestas planteó la retirada de todas las banderas después de haberse entrevistado con el gobernador civil, quien les exigió la necesidad de que la propuesta contara con el visto bueno del alcalde". El hecho de haber permanecido ausente de la ciudad durante estos días se explica a juicio del alcalde por la violencia que ha existido en la ciudad.
"Estábamos trabajando bien"
"Yo no podía pasearme tranquilamente por las calles; en repetidas ocasiones" señala Gurruchaga, "he intentado ponerme en contacto con los concejales del PNV y de Euskadiko Ezkerra y sólo en una ocasión logré comunicarme con uno de este grupo. Además, la policía estaba en el ayuntamiento y la situación había derivado en un problema de orden público, fuera de mis atribuciones".El restablecimiento de la normalidad en la vida municipal y ciudadana de Rentería es objetivo inmediato que el alcalde reconoce complicado y difícil. "Intentaremos reconducir la vida municipal de acuerdo con el resto de los grupos democráticos. La moción de censura que pretenden presentar contra mí no es vinculante y no tiene por qué obligarme a dimitir. Ha sido una verdadera pena, estábamos trabajando bien, y yo me sentía optimista".
Respondiendo a la pregunta de si los sucesos recientes van a exacerbar las actitudes hostiles y agresivas que mantienen ya algunos grupos radicales, Gurruchaga señala: "Esa actitud existía ya; a los militantes del PSE-PSOE se nos tacha de todo. Las amenazas de bomba en nuestros locales demuestra que la agresividad contra nosotros se había exacerbado meses antes".
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