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La 'legionella', causa del síndrome detectado entre militares

La residencia militar Castillejos, de Zaragoza, foco de la epidemia que afecta a jefes y oficiales, será precintado

La residencia militar Castillejos, de Zaragoza, será precintada hoy, miércoles, a partir de las ocho de la tarde, para llevar a cabo una investigación sanitaria en relación con los casos de afección pulmonar detectados entre militares residentes o que han residido en esta ciudad. Fuentes oficiosas precisan que son cinco jefes militares los muertos por esta enfermedad respiratoria, pero no se han facilitado los nombres de los fallecidos, aparte de las informaciones que señalan entre las víctimas al general Cruz Requejo y al coronel de la Guardia Civil Rodríguez Medel. El número de afectados, según pudo saber EL PAIS de fuentes solventes, es de 23, y sólo dos de ellos son residentes en Zaragoza. Entre los afectados se cuenta un soldado, según fuentes no oficiales.

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La Capitanía General de la V Región Militar, con sede en Zaragoza, mantiene un rígido silencio en torno a esta afección respiratoria y remite a las oficinas centrales del Ministerio de Defensa para todo tipo de información. Aquí no autorizan la visita a ninguno de los centros militares supuestamente relacionados con la presunta epidemia, especialmente la residencia Castillejos. "Aquí nada sabemos", dice el portavoz oficial de Prensa, comandante Asensio.Mientras las fuentes sanitarias civiles guardan silencio o manifiestan no tener conocimiento de los hechos, las autoridades militares en Zaragoza se limitan a desmentir la relación de las arañas negras del campo de maniobras de San Gregorio con esta enfermedad. "Los efectos de las arañas son molestos, pero no mortales, y se conocen desde hace varios años. Tampoco es cierto que dos soldados hayan fallecido por picaduras de estos animales, como ha dicho algún periódico local", afirma el comandante Asensio.

Entre los datos que aparecen algo más perfilados se encuentran los que hacen referencia al tiempo desde el que se han tomado medidas analíticas de la enfermedad. Fuentes técnicas sanitarias oficiosas señalan que las autoridades militares enviaron las muestras al Centro Nacional de Virología de Majadahonda, en Madrid,el pasado día 5 de julio, aproximadamente.

Por otra parte, ya ayer cundíó también el rumor de que entre los usuarios de Castillejos se habían tomado "algunas cautelas", según comentarios castrenses que llegaron a precisar el hecho de que los oficiales y jefes habían dejado de frecuentar el bar de la residencia para acudir al bar de tropa que, existe en el complejo del centro regional de mando.

"Que no cunda el alarmismo"

De los dos militares afectados por esta enfermedad y residentes en Zaragoza, uno de ellos, el teniente coronel Leopoldo Delgado Alocén, fue ingresado el pasado sábado por la tarde en el hospital militar de esta ciudad. El teniente coronel Delgado, tiene 54 años, casado, con varios hijos domiciliados fuera de Zaragoza, y tiene destino militar en los servicios de Intervencíón Militar de esta ciudad.

Cayó enfermo el pasado martes día 12, y acusó únicamente como síntoma una alta fiebre. Con posterioridad a su ingreso hospitalario se le determinó la afección pulmonar que al parecer es común en los 23 casos detectados. Su estado clínico no se considera grave, según el criterio médico que han transmitido a este periódico fuentes próximas al enfermo. Su familia, residente fuera de Zaragoza, ha sido avisada en este positivo sentido, con'el fin de que tengan una constancia' directa de que la situación "está controlada y no cunda el alarmismo, que tiene como base las informaciones diversas que se han sucedido en torno a este asunto", señalan fuentes familiares del teniente coronel Delgado. Delgado Alocén no ha tenido ninguna relación con el campo de maniobras de San Gregorio, pero sí con la residencia de jefes y oficiales de Castillejos, aneja al centro regional de mando, en el barrio Torrero, de este ciudad. Delgado Alocén solía visitar el bar de esta residencia "para tomar un café", según se precisa en este sentido. El teniente coronel Delgado, que parmanece aún en el citado centro sanitario, ha recibido la visita del equipo epidemiológico llegado a Zaragoza desde Madrid, el cual se ha interesado acerca de él y de algunos miembros de su familia sobre aspectos sanitarios, alimentarios e higiénicos, entre otros puntos qe no han precisado las fuentes consultadas por este periódico.

El otro afectado residente en Zaragoza es el coronel Ignacio Inza y Gómez de Arteche, de 60 años de edad, casado, con hijos y nietos, con destino en el centro regional de mando.

"Estoy bien, pero el sábado tengo revisión"

El coronel Inza se halla en convalecencia en su domicilio, y, al parecer, recuperado de la enfermedad. Sobre este coronel se han cometido tres errores: no es teniente coronel, no está en grave estado clínico, no está en situación de reserva militar.

"Además de esta neumonía tengo una artrosis que no me deja en paz y que me tiene como un viejo de 80 años", manifestó a EL PAIS el coronel Inza con una fuerzay un optimismo en su voz que contradicen por completo cualquier asomo de dolencia.

El coronel Inza, respetuoso con sus superiores, quiso cubrir los posibles límites propios de una investigación oficial sanitaria y requirió permiso antes de hacer ninguna declaración personal sobre su enfermedad. Tramitamos en Capitanía General la autorización al efecto. El portavoz oficial comunicó que se había dejado al criterio del coronel lo que quisiera o no quisiera decir.

De modo que la franqueza del coronel Inza, sin merma alguna de caudal, bajó un punto en espontaneídad, o así lo captó el periodista.

El coronel Inza, hacía las 11 de la mañana, cada día, solía tomar "un cafelito" en el bar de la residencia, y hacia las dos de la tarde, "una cerveza". Eso era todo cuanto lo relacionaba con esta residencia, que prácticamente frecuentaba a diario. No comía en ella, jamás bebe productos alcohólicos. No usaba las instalaciones de hospedaje, salvo las de servicios higiénicos, y no mantenía otro contacto con este recinto. Ni ha tenido ninguna relación con el campo de San Gregorio.

A primeros de junio, el coronel Inza tuvo fiebre, fue transportado al hospital militar en ambulancia e ingresado. La fiebre bajó a las 48 horas. "Quizá influyó el hecho de que no fumo. Parece que lo que tengo es ligero. Me pusieron antibióticos y quizá algún específico que desonozco. He estado hospitalizado 20 días. Llevo en casa una semana larga. El sábado próximo debo volver para una revisión médica. Durante la hospitalización han estado constantemente pendientes de mí y me han cuidado extraordinaríamente bien".

Al parecer, sólo él estuvo ingresado en ese centro hospitalario durante dicho período por causa de algún cuadro clínico similar al que preocupa a autoridades y militares. El equipo epidemiológico no ha encuestado a este paciente, porque ya no se encontraba en este hospital cuando el equipo llegó a Zaragoza.

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