Heribert Barrera afirma en Berga que no es anticonstitucional pedir el derecho a la independencia

Los eslóganes a favor de la independencia y la unidad de los Països Catalans fueron los más coreados ayer en el acto de afirmación nacionalista del Pi de les Tres Branques, organizado, por cuarto año consecutivo desde su reinstauración, por el Ayuntamiento de Berga. Los nacionalistas consideran este gran pino, ya seco, que domina el Pla de Campllong, cerca de Berga, como símbolo de la unidad básica entre Cataluña, Comunidad Valenciana y las islas Baleares.

Como en años anteriores, el presidente del parlamento catalán, Heribert Barrera, fue el orador que levantó más expectación entre los cerca de 8.000 (11.000, según los organizadores) asistentes al acto. Entre otras cosas, Barrera afirmó: "Acatamos unas leyes que, por desgracia, han sido además votadas por la mayoría de nuestro pueblo; pero no tenemos por qué amoldar a ellas nuestras opiniones, que son libres. Así, podemos reclamar tranquilamente el derecho a la independencia. Ello no es ni ilegal ni inconstitucional, ni por ello se nos puede llevar ante ningún tribunal".

Autonomía pobre y triste

Añadió que "es un sarcasmo que sea el alcalde de Santander quien deba recordamos nuestros derechos nacionales". Y que "cuando se habla del Gobierno de la nación, se está hablando de una nación que no es la nuestra". Barrera afirmó también que "de ninguna manera podemos aceptar como definitivo el bilingüismo. A la larga, si no llegamos a que se hable sólo nuestra lengua, ésta dejará definitivamente de existir". Calificó la autonomía catalana de "pobre y triste", y el Estatut, de "pequeñez", pero propuso amoldarse en todo momento a las leyes existentes para sacarles el máximo provecho. Afirmó también que "nuestra principal debilidad en los últimos años han sido los resultados electorales: Debemos llevar gente nacionalista al Parlamento de Cataluña y al de Madrid o, de lo contrario, aunque tengamos la razón, jamás la haremos respetar". Calificó el momento actual de difícil desde una perspectiva nacionalista y afirmó que "por este camino la próxima década puede ser de eutanasia nacional, de muerte dulce, tras la cual todo se reducirá a manifestaciones folklóricas".

Tomaron también la palabra intelectuales y políticos de las islas Baleares, Comunidad Valenciana, Andorra y la Cataluña francesa, que afirmaron la unidad del los Països Catalans, así como el líder independentista Jordi Carbonell y el diputado de Convergència i Unió Josep Maria Ainaud de Lasarte, quien afirmó: "Cuando decimos que somos una nación, ello implica que debemos ejercer funciones de Estado".

La jornada transcurrió sin incidentes en un clima de encuentro en la naturaleza, al cual acudieron familias enteras. Muchas de ellas almorzaron en la misma explanada para asistir a la audición de sardanas de la tarde y escuchar al grupo valenciano Al Tall. Abundaban las senyeras coronadas por una estrella en un triángulo (símbolo independentista) y las pancartas y tenderetes de los Comités de Solidaridad con los Patriotas Catalanes, que recogían firmas a favor de presos catalanes encausados o condenados por la Audiencia Nacional.

Al leerse la lista de adhesiones, donde abundaban políticos e intelectuales -entre ellos, Salvador Espriu-, se recibió con un conato de abucheo, mal disimulado con algunos aplausos, la del presidente del Fútbol Club Barcelona, Josep Lluís Núñez.