Maradona visito a los líderes políticos y a miembros de la Junta Militar argentina
Dentro del programa de un tour muy bien organizado por la empresa que dirige Jorge Cyterzpiller, su apoderado y amigo, el jugador del Barça Diego Maradona realizó durante el fin de semana en Buenos Aires una visita guiada a los líderes políticos argentinos. El paseo incluyó los despachos habitualmente cerrados al público del arzobispo de la ciudad, monseñor Juan Carlos Aramburu, y del general Nicolaides, comandante en jefe del Ejército y hombre de la Junta Militar que gobierna el país.
La Prensa fue avisada de que se salía a las 9.00 horas de la mañana vestidos de traje y corbata. A esa hora, con Maradona, Cyterzpiller y una secretaria de relaciones públicas de la empresa al frente, el grupo partió rumbo al edificio donde el doctor Raúl Alfonsín, virtual presidente de la Unión Cívica Radical, montó su nueva oficina de trabajo. Maradona recordó entonces que había conocido al dirigente del Movimiento de Renovación y Cambio en el avión de regreso a Barcelona después de pasar unos días en Buenos Aires y que desde aquel momento habían quedado en reunirse.Según los folletos, la visita no respondía sólo a una curiosidad turística sino que, además, tenía un interés aún más valioso. Se trataba de que Maradona conociera las plataformas de los distintos partidos "porque me encuentro entre los cinco millones de jóvenes que van a votar por primera vez y quiero saber cómo vamos a salir de la situación en que estamos los argentinos", reflexionó Maradona antes de tomarse una fotografía donde se viera bien el doctor Alfonsín.
A poco de comenzado el recorrido, la empresa organizadora tenía preparada una sorpresa, pero cuando se abrieron las pesadas y enormes puertas del salón de recepción del general Nicolaides, apartando de un golpe a los civiles no conocidos, nadie logró acceder a la desconocida cámara. Cuando ya la espera se prolongaba hasta pensar que había desaparecido, Maradona asomó cansado, no quiso palabras ni fotos, y pidió una tregua.
Antes del ligero almuerzo hubo tiempo todavía para saludar al dirigente Rogelio Frigerio, candidato a presidente por el Movimiento de Integración y Desarrollo. La sala era pequeña y la visita fue breve, pero merecía una fotografía. Después, el grupo se dispersó por los alrededores del bar y entonces se hicieron los primeros comentarios. Jorge Cyterzpifier, quien había calculado el tiempo de visita a cada político de acuerdo a los afiliados de cada partido, no había descuidado tampoco el llamado "frente militar". Y quien lo perdonara por esto no le iba a faltar puesto que el día anterior Maradona también había sido recibido en audiencia especial por monseñor Aramburu, arzobispo de Buenos Aires.
Según el "cabezón" -como lo Rama Maradona-, "debido a la gran representatividad de Diego no fue difícil conseguir las entrevistas, la Iglesia, el Ejército y los políticos se mostraron muy interesados por todo lo que representa Maradona para la Argentina en el exterior". No faltó entonces quien le señalara que esta excursión evidentemente programada y oportunista levantaría críticas por todas las partes. Cyterzpiller dijo que "ese es un problema de cada uno, que opinen lo que quieran. Ojalá que todos los argentinos manifestaran tanto interés por lo que pasa en el país como Maradona".
Los dos grandes salones peronistas habían quedado para la tarde. Primero se recorrió el sector del doctor Antonio Casiero con quien se improvisó un intercambio de recuerdos. Diego Armando Maradona le obsequió con una foto suya autografiada y el dirigente le regaló su libro titulado Desde que grité iviva Perón!. Por fin se llegó al lugar que ocupa el doctor Italo Luder, con quien Maradona se detuvo todo el tiempo necesario sin olvidar que se trata del candidato con más posibilidades de ser el nuevo presidente constitucional argentino. Por eso hubo más de una foto de recuerdo en las que Maradona ya lucía un traje distinto al que había vestido por la mañana.
Al fin del día, cansado pero feliz y un poco confundido por la cantidad de ideas políticas que había incorporado en el veloz cursillo de instrucción cívica, Maradona contaba que a todos les había hecho inicialmente la misma pregunta: ¿Cómo salimos de esto?". Cuando los periodistas quisieron saber por quién pensaba inclinarse, antes de que contestara, intervenía su apoderado para aclarar que "el voto es secreto". Las fotos de la visita fueron reveladas con urgencia y al día siguiente se publicaron, como en un album, por todos los medios de difusión. Ninguno de ellos hizo nungún comentario en especial.
La excepción fue el periódico La Voz, que señaló en un editorial que "no está mal que Maradona quiera saber cuáles son las ideas de los distintos partidos, pero aquí cabe una pregunta que, demás está aclararlo, no debe ser contestada por Maradona: ¿Cómo responderían los políticos, el comandante en jefe del Ejército y monseflor Aramburu, que a partir de mañana cada uno de los cinco millones de jóvenes que nunca votaron Regaran de a uno a los distintos despachos?. No estaría mal que otros jóvenes de esta Argentina de facto lo intentaran aunque no fuera mas que para probar que la democracia no hace privilegios. No tiene menos derechos un joven obrero, un estudiante o un parado. Por el contrario, es probable que por sus sufrimientos en un país que poco les da, necesiten mayores explicaciones".
De acuerdo al plan preparado por la "Maradona Producciones", el presidente de la empresa se irá a descansar a la provincia de Corrientes hasta la fecha de su regreso a Barcelona. Quedó sin aclarar si todo esto finalmente le serviría o no a Maradona puesto que de acuerdo a la legislación vigente los únicos argentinos que pueden votar fuera del país son los integrantes del cuerpo diplomático.
El mismo Maradona admitió que en las fechas de las elecciones, el 30 de octubre, estaría disputando la Liga y no podría viajar, por eso pensaba votar en el consulado argentino en Barcelona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.