Portugal piensa desempeñar un papel más activo en el seno de la Alianza Atlántica
El nuevo Gobierno de Lisboa quiere para Portugal "un papel más activo" en la Alianza Atlántica y una política exterior globalmente más dinámica y orientada hacia la defensa positiva de los intereses nacionales. Jaime Gama, el nuevo ministro socialista de Asuntos Exteriores, tiene muy clara esta nueva manera de encarar unas relaciones exteriores multilaterales y bilaterales, que no conocerán grandes alteraciones en sus orientaciones fundamentales, pero que deben ser concebidas de manera más pragmática, más utilitaria, menos ideológica.
En la presentación del programa de Gobierno al parlamento, Jaime Gama respondió anticipadamente a todos aquellos que consideran que Portugal no tiene, en razón de sus dificultades internas, los medios para desplegar una política exterior autónoma.Considera, al contrario, que una diplomacia activa y dinámica puede contribuir positivamente a la resolución de los problemas nacionales, como aconteció en otros períodos de crisis de la historia portuguesa. La OTAN y los acuerdos con Estados Unidos para la utilización de bases y otras facilidades militares en territorio portugués son un buen banco de ensayo para este nuevo pragmatismo en relación a la Alianza Atlántica.
Candidatura para la OTAN
Jaime Gama confirmó a este diario su intención de promover la candidatura de Vasco Futcher Pereira, su predecesor en el Ministerio de Exteriores y ex embajador de Portugal en Washington, al cargo de secretario general de la OTAN, en la perspectiva de una próxima renuncia de Joseph Luns.Considera que Portugal tiene las condiciones necesarias para aspirar al lugar, y que la personalidad propuesta corresponde también al perfil más idóneo, por tratarse de un diplomático de carrera, sin obediencia partidista. Pero, sobre todo, y ya que el nombramiento del secretario general debe merecer el consenso de todos los miembros de la Alianza, Portugal medirá, a través de la receptividad a la candidatura propuesta, la disposición de sus aliados en relación a otros problemas, como el de un más efectivo apoyo a la modernización de las fuerzas armadas portuguesas, o de una solución favorable a los legítimos intereses de Portugal, cuando se trate de las consecuencias prácticas de la eventual integración de España en las estructuras militares de la OTAN.
En relación a los acuerdos bilaterales con Estados Unidos, y al margen de la renovación del convenio sobre la utilización de la base aérea de Lages, en el archipiélago de Azores, Jaime Gama entiende salvaguardar "la libertad plena de las autoridades portuguesas para apreciar, caso por caso, las facilidades otorgadas a Estados Unidos" y las respectivas contrapartidas.
Para el nuevo ministro socialista de Exteriores, el Gobierno de Lisboa, en éstos y en los demás dominios, debe tratar menos de alineamiento y más de cooperación.
Acerca de las relaciones con los más directos vecinos, España en primer lugar, pero también el Magreb, sumido hasta ahora, según Gama, en un incomprensible olvido, el desarrollo de los intercambios y las realizaciones concretas debe suceder a una "etapa de relación formalmente inmejorable, pero vacía de contenido".
Entre España y Portugal se ha desarrollado una serie de conflictos localizados, sobre todo, en los sectores pesqueros y comercial, que urge resolver, pero dentro de una concepción global, definidora aquí también de un "nuevo tipo de relaciones", en el contexto supranacional europeo, al que los dos países aspiran a integrarse, y de cara a otras áreas, como África o América Latina. Por esto, Jaime Gama considera que los contactos bilaterales entre el nuevo Gobierno de Lisboa y el de Madrid deben "iniciarse cuanto antes", pero con la preocupación de no "ir con las manos vacías".
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