_
_
_
_

Un juicio crispado

La crispación del ambiente en que se está desenvolviendo la vista oral del juicio sólo es comparable a la extraordinaria expectación que la misma ha despertado en el Palacio de Justicia de Madrid.La falta de los casquillos y de las balas, detectada antes de iniciarse las sesiones, no sólo pesa en el ambiente, sino que es el punto de referencia de una gran parte de las actuaciones del abogado defensor, José María Stampa, quien en los descansos de la vista se queja frecuentemente ante los periodistas del trato discriminatorio que, en su opinión, recibe por parte del tribunal.

Abogados que desarrollan eventualmente su trabajo en Las Salesas, y que aprovechan ratos libres para entrar en la sala de la Sección Tercera, dejaron entrever que, en su opinión, el presidente del Tribunal interrumpe a veces al abogado defensor, con quien mantiene frecuentes diálogos en tono tenso.

Más información
Tensión y escándalo en el juicio por el asesinato de los marqueses de Urquijo

Recurso

En opinión del letrado, que ya ha adelantado que piensa recurrir contra la celebración de este juicio en instancias superiores, llegando incluso al Tribunal Constitucional, se hace cada día más necesaria la creación de jurados.

A lo largo de estos dos días se han podido escuchar en la sala diálogos como éste: "Deje el acusado de contar esta comedia" (presidente). "Si el presidente cree que esto es una comedia yo abandono inmediatamente la defensa; en todo caso sería un drama" (abogado defensor). "Pertenecen ambos al mismo género literario" (presidente).

O bien éste: "La Constitución ampara el derecho de mi defendido a tener todas las garantías; señalo que se le piden 60 años" (ahogado defensor). "Estamos ante un delincuente excepcional" (presidente). "Yo no soy ningún delincuente" (Escobedo). O incluso este tercero: "Protesto porque el policía trata a mi defendido de tú y Escobedo llama de usted al inspector. Siempre es lo "sino, la policía y el detenido" (abogado defensor). "Será mejor que le trate de tú que de marqués" (presidente). Sin olvidar posibles provocaciones del abogado defensor al preguntar en una ocasión al inspector Romero: "Pero bueno, este informe quién lo ha hecho, ¿la policía o el arzobispado?", o al seña.lar, ante la explicación de un segundo policía que afirmaba que el casquillo acusador había salido en el lugar decimosexto entre los 215 estudiados en el departamento de Balística: "Como el gordo, salió madrugador...".

En cuanto a la expectación despertada por el juicio contra Rafael Escobedo bastaría señalar que en el espacio destinado al público, donde caben, sentadas, unas 100 personas, se agolpan hasta 150 personas, una gran parte de ellas en pie. Las aglomeraciones que se forman ante la puerta de entrada son impresionantes, sin que los numerosos guardias civiles lo impidan.

La deficiente acústica de la sala y el intenso calor que en ella se sufre (casi 40 grados de temperatura había en el interior en la tarde de ayer) no son condiciones ciertamente agradables. Como tampoco es lógico que los asientos con pupitre destinos a los periodistas sean cubiertos por personas ajenas a esta profesión y que tienen preferencia antes de que puedan entrar en el recinto los abogados y los representantes de los medios de comunicación.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_