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4.000 policias velarán por la seguridad de Mitterrand en su primera visita a Córcega

Cerca de 4.000 policías vigilarán los pasos del presidente de la República francesa, François Mitterrand, que inicia hoy su primer viaje oficial a Córcega. Los independentistas del Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC) han prometido "no realizar ninguna operación militar mientras el presidente permanezca en la isla". Mitterrand relanzará la descentralización durante sus dos días de visita a la isla de la belleza y garantizará a los corsos la solidaridad económica del Gobierno central.

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En un comunicado reciente, el FLNC (algo así como ETA-Militar, pero que hasta la fecha no ha practicado atentados cruentos) anticipó que la persona del jefe del Estado francés no peligraría en el curso de esta visita oficial. Al tiempo advertía: "puede haber manipulaciones, provocaciones". Desde hace algún tiempo, en efecto, al lado del FLNC actúan las llamadas Brigadas Revolucionarias Corsas, formadas por disidentes radicales del movimiento independentista.Todo ello ha dado lugar al despliegue de un dispositivo de seguridad sin precedentes. En una visita que realizó a Córcega el ex presidente Valery Giscard'Estaing, en 1978, fueron movilizados 2.500 policías. En esta ocasión se calcula que alrededor de 3.000 han viajado durante los últimos días a la isla. Mitterrand visitará las dos ciudades más importantes de Córcega, Ajaccio y Bastia, pero también se desplazará en helicóptero hasta varios pueblos del interior montañoso.

Descentralización

Córcega es la primera región francesa que se ha dotado de una Asamblea que ejerce los poderes económicos y culturales que le concede el llamado estatuto particular de la isla (sustancialmente inferior a los de las autonomías españolas). Si bien, decir que ejerce sus poderes aún resulta relativamente teórico, ya que, hasta la fecha, los 61 miembros de ese organismo no tienen ni sede donde celebrar sus reuniones.Mitterrand viaja a Córcega precisamente para remediar los problemas financieros de la isla, o con intenciones de intentarlo al menos. Además de la especificidad que la define y que unos defienden con bombas, como los independentistas, y otros reclaman legalmente, como los autonomistas del doctor Edmond Simeoni, Córcega, sobre todo, es una isla pobre. Su balanza comercial es deficitaria cada año por valor de 2.000 millones de francos (cerca de 400.000 millones de pesetas). Sus inversiones dependen en un 40% de los fondos públicos.

El nivel medio de vida de sus 230.000 habitantes es inferior al de los franceses continentales en un 30%. Lo esencial de sus productos alimenticios (carne, azúcar, legumbres, frutas, leche) es importado de la Francia continental.

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La semana pasada, para hablar con hechos, el Gobierno de París subvencionó a Córcega con 160 millones de francos excepcionales, y a lo largo de estos dos días Frangois Mitterrand se manifestará dispuesto a hacer del estatuto particular una realidad operante que favorezca el desarrollo industrial y cultural de la isla.

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