La OUA exhorta a Marruecos y al Polisario a poner fin a la guerra y celebrar un referéndum en el Sáhara occidental
El referéndum de autodeterminación en el Sáhara occidental será organizado en un plazo de seis meses, si se cumplen los designios de la cumbre de la Organización para Unidad Africana (OUA) expresados en una resolución final aprobada por consenso, con las reservas de Marruecos, en la que por primera vez se nombra al Frente Polisario.
El documento, que recoge lo esencial de las resoluciones adoptadas en junio y agosto de 1981, conocidas por Nairobi uno y Nairobi dos, exhorta a los dos beligerantes a negociar directamente el cese de las hostilidades y señala el agradecimiento de los jefes de Estado y Gobierno africanos al rey Hassan II por su compromiso a cooperar con el comité especial para el Sáhara en la búsqueda "de una solución justa, pacífica y duradera" al conflicto.Tras la aprobación del texto parece quedar despejado el camino de una solución pacífica y negociada de la guerra del Sáhara occidental, aunque los únicos elementos innovadores, con respecto a precedentes resoluciones de la OUA, son la referencia al Polisario, la solicitud de que éste y Marruecos negocien entre sí y la decisión de que el referéndum deba materializarse en los próximos seis meses.
El texto no se refiere a la necesidad de que las tropas o civiles marroquíes salgan del territorio saharaui, como exige el Polisario, y se limita a recordar que siguen vigentes las recomendaciones de Nairobi uno y Nairobi dos, en el sentido de hacer del comité especial, integrado por Guinea Kenia, Malí, Nigeria, Sierra Leona, Sudán y Tanzania, el organismo dotado de poderes plenos para, en colaboración con los beligerantes, facilitar la realización del referéndum, para lo cual será necesario instalar una fuerza de paz integrada por cascos azules de las Naciones Unidas.
El Polisario ha logrado que la OUA exprese su agradecimiento por la "actitud constructiva de los dirigentes saharauis" al retirarse de la 19ª cumbre. Aunque no se menciona a la República Arabe Saharaui Democrática (RASD), es notorio que ese último párrafo de la resolución ha sido digerido con dificultad por la delegación marroquí, encabezada por el ministro de Exteriores, Mohamed Bucetta.
El presidente argelino Chadli Benyedid declaró ante la cumbre el apoyo de su país a la resolución sobre el Sahara occidental agregando que éste es un problema "esencialmente africano, de la misma dimensión que los de Namibia o Africa del Sur".
Refiriéndose a su entrevista con el rey Hassan II, Chadli reveló que había expresado al monarca alauita el deseo argelino de no ver "vencedores ni vencidos" en la guerra, así como su negativa a hablar en nombre de los saharauis. Para Chadli, quien antes de abandonar Addis Abeba se entrevistó con el presidente de Guinea, Sekú Turé, y el ministro marroquí Bucetta, la cumbre habría demostrado la elevada conciencia política y el gran sentido de la responsabilidad de los dirigentes africanos.
Las enseñanzas que habría que extraer de la conferencia se refieren a la voluntad de los jefes de Estado africanos de no interferirse en una solución negociada, a dos, de la crisis, una vez que ésta ha dejado de planear sobre el futuro de la Organización para la Unidad Africana.
La presencia de efectivos marroquíes en el territorio saharaui durante el referéndum no ha sido tratada en esta ocasión por el comité de redacción del texto aprobado en Addis Abeba. Los presidentes de Madagascar y Ghana, en sendas intervenciones, aboga ron por la salida de tropas, lo que suscitó una réplica del ministro marroquí de Exteriores, quien afirmó que "al aceptar el referéndum Marruecos ha consentido grandes sacrificios".
En respuesta a Bucetta, el presidente de Zambia, Kenneth Kaunda, dijo que "los que han consentido grandes sacrificios son los saharauis, pues no existe ningún ejemplo en el mundo de un pueblo que no luche sino por su independencia".
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