Como la prosa musical de Haydn
1932, víspera de la gran infamia nacional-socialista en Alemania. El extraordinario dibujante Werner Hofmann, desde su expresionismo social duro y frágil, dulce y agrio a un tiempo, tenso como un velamen henchido por la fuerte, goyesca brisa de la genial Käthe Kollwitz (¡la gran ausente en la muestra celebrada no hace mucho en Madrid acerca del expresionismo alemán!) realiza, en 1932, una xilografía que se titula El amor es la alegría de los pobres (Die Liebe ist die Freude der Armen).Pues bien, eso es Ama Seghers. En esto se resume su extensa obra narrativa: el amor es la alegría de los pobres. Porque la revolución es amor, porque la resistencia es amor, porque la lucha es amor, porque la rebeldía es amor. Amor y alegría de los pobres, de los que sólo tienen sus brazos y sus piernas para sostenerse y abrazarse y acariciarse y darse calor, como esa humilde pareja de¡ grabado de Hofmann en un rincón de una esquina en la gran urbe del Capital (al fondo, los largos lúgubres cochazos raudos, vistos y no vistos, como` se quiero el Capital: visto y no visto).
Visión de arquitecto y maestría de orfebre
No me habléis del estilo de Anna Seghers. No me habléis de su prosa. Su prosa es tersa, horizontal, dórica, haydniana, sí, haydniana como la prosa sonora del Haydn del Cuarteto de las siete palabras.
Así es la prosa alemana de La séptima cruz (Das siebte Kreuz), de La decisión (Die Entscheidung), de La confianza (Das Vertrauen), de sus numerosos cuentos y novelas cortas construidas con visión de arquitecto y con mimosa maestría de orfebre.
No me habléis de la pura y cenital luz de la prosa. alemana de Anna Seghers. No quiero oír nada de eso, porque Anna Seghers no es más que el amor y la alegría de los pobres. Si me habláis de Anna Seghers, no me habléis de su letra, por muy transparente y enriquecedora que sea -y lo es-, sino de su espíritu.
Habladme del espíritu humano, y nada más que humano, del arte de, Anna Seghers (¡qué lejos, a Dios gracias, de toda esa vulgaridad y toda esa falacia de la "deshumanización del arte").
La revolución del lenguaje
Ya sé, ya sé: el erudito a la violeta de turno arqueará las cejas y musitará (acaso chille) que Anna Seghers no ha revolucionado el lenguaje. ¿Pero acaso ha revolucionado algún lenguaje el Sermón de ser y no ser, de Agustín García Calvo, y ello no le impide ser un poema genial, una obra maestra absoluta? ¿Acaso ha revolucionado algún lenguaje Ritmo lento, de Carmen Martín Gaite, sin que ello le haga apearse de su pedestal de obra maestra?
Un día triste
Hoy es un día triste para los que no tienen otra alegría que la del amor, hoy es un día pobre para los que no típrien otra riqueza que susbrazos, sus piernas, sus bocas, sus ojos y sus sexos, mientras los largos lúgubres cochazos raudos pasan, vistos y no vistos, por las grandes avenidas del Capital.
. Hoy es un día triste porque ha muerto la escritora alemana Anna Seghers. Que descanse en lucha.
Babelia
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