Alfonso Guerra: "Desgravación y créditos para que emerjan"

El Gobierno es consciente de la importancia y gravedad alcanzada por la economía sumergida en España y está dispuesto a combatirla, según afirmó el vicepresidente, Alfonso Guerra, en la apertura de las jornadas organizadas por el PSOE sobre este fenómeno. El vicepresidente precisó, no obstante, "que el combate directo contra la economía sumergida provocaría la destrucción de una parte de nuestra actividad económica" y que por ello el Gobierno tratará de facilitar la vuelta a la actividad oficial de las empresas subterráneas a través de apoyos fiscales y financiación a interés cero y largos plazos de amortización".Según Guerra, las causas principales que provocan el fenómeno de la economía oculta se centran en la crisis y sus secuelas de parados, que cifró en 2.200.000. Asimismo, la cobertura de desempleo, que tan sólo alcanza un 30% de la población en paro, favorece, junto a la rigidez de las relaciones laborales, el desarrollo de esta actividad subterránea.

El Gobierno, añadió Guerra, está dispuesto a combatir este fenómeno, que alcanza ya entre un 12% y un 15% del producto interior bruto, por "razones de justicia y equidad", y para ello "aprovechará la confianza que el pueblo español ha puesto en la moralización de la actividad económica después de la expropiación de Rumasa".

Enrique Múgica, secretario federal del Área de Estudios y Programas del PSOE, cerró las citadas jornadas de estudio con un pequeño balance de conclusiones: necesidad de potenciar el conocimiento de la economía sumergida, sus características y su funcionamiento; posibilidad de que la economía oculta esté configurando una variante temporal al modo de funcionamiento del sistema económico; contribución -salvo excepciones- a un atraso tecnológico; riesgo de que algunas empresas emergidas puedan imponer precios de monopolio al resto del sector sumergido, apropiándose así de una parte del excedente generado por aquéllas; competencia desleal (al no tributar) de las empresas sumergidas; absorción de parte del desempleo por la economía oculta, lo que por una parte es positivo (resta gravedad al problema del paro) y por otra negativo (favorece la sobreexplotación del trabajador y su desasistencia legal).

Andreas Saba, experto del ministerio italiano del Mezzogiorno, expuso la experiencia de su país en la economía sumergida. En líneas generales dijo, que la economía oculta, que representa el 20% de la producción de su país, había sido positiva y había favorecido el desarrollo tecnológico, la capacidad de inventiva y la creatividad en la moda. Manifestó asimismo que favorece la democracia industrial (no hay diferencias entre manuales y técnicos) y que ha dado origen a un fuerte movimiento cooperativo en las zonas donde ha alcanzado mayor incidencia. Muchas de estas empresas, transcurrido un tiempo, vuelven a la legalidad.

Señaló que las empresas sumergidas italianas son de muy pequeña dimensión (en plantillas de 20 trabajadores se cumplen las normas sindicales) y que, aunque fueran ilegales, había que ser tolerantes con ellas.