El autor declara que es "un diálogo entre libros"
Ramón Chao presenta hoy su novela 'El lago de Como'
Ramón Chao, de 47 años, nacido en Villalba (Lugo), presenta hoy en Madrid su novela El lago de Como, la primera que escribe. El músico Luis de Pablo y el escritor Francisco Umbral harán la presentación. El autor interpretará al piano la obra El lago de Como, Sexto Nocturno, Opus 24, de Galas. Chao declara que su novela no es autobiográfica y asegura que el suyo "es un diálogo entre libros".
Afincado en París desde hace un cuarto de siglo, Chao reside en la periferia parisiense. Puede aparentar a un mudo austero hasta que, de repente, suelta una parrafada de Beckett: "El artista que se juega su vida no tiene hermanos y es de ninguna parte..." Su autodefinición: "Me siento muy influido por la moral cristiana. Los deseos de ser bueno son fuertes en mí, como lo son las grandes facilidades que poseo para ser vil. Pero no tengo ni la más mínima idea de haber utilizado esas posibilidades que adquirí en mi niñez".Chao escribió El lago de Como para recuperar a mi padre, porque tengo necesidad de quererlo. Era para mí como liberarme de un peso, reemplazando la imagen que tenía de mi padre por el hombre que fue, con sus defectos y sus grandezas. En segundo lugar, también quería recuperarme a mí mismo: yo fui un gran pianista hasta los 24 años, y periodista después. Mi padre se asignó una misión en la vida: ser Mozart. Y ante eso era lógico que un hijo suyo soñara alguna vez con la imposible tarea de ser Cervantes. Este es mi primer libro de escritor".
Cabe pensar que Reigada, el pueblo donde se desarrolla la acción novelesca, es Villalba, y que Celso Veiga y Mario Luis Veiga, los protagonistas de El lago de Como son los Chao. El autor levantálas manos: "¡Alto! No quiero que este libro aparezca como una biografía. Yo hubiese deseado que, literalmente, mi vida fuese así". ¿Quiénes son, entonces, esos Ve¡ga de este drama vividos por gallegos? "Se trata de un niño del que su padre, a toda costa, quiso hacerle un genio musical. Su padre había querido escribir, pero un día les leyó poemas a sus familiares y lo ridiculizaron. Decepcionado, como derivativo, se aficionó a la música. El niño, a su vez, poco a poco, manifestó sus deseos por la escritura, pero su padre no resistió la idea de que, llegado el día, su hijo fuese el genio literario que él no pudo ser, y lo forzó a encarrilarse por el camino de la música, su sucedáneo, odiado en el fondo de él mismo. Sin reparar en medios, Celso Veiga buscó recomendaciones, regaló jamones, mentía, falseaba la vida de cabo a rabo, y todo ello con un solo fin: que Mario Luis fuese un genio de la música, y no un escritor. Mario llegó a músico célebre y, a la vez, por odio también, superó a su padre en materia de zorrería de la vida".
Sólo insinuar una pregunta, Chao se espanta: "No, por favor, no; no digo que haya querido retratar el alma gallega. Me matan si hablo de esto. Mi libro es, tal vez, la imagen caricaturesca que se ha hecho de los gallegos, y sin duda, como en toda caricatura, hay algo que responde a la realidad". ¿Encama El lago de Como las frustraciones de los gallegos? "Para saber eso hay que esperar a ver lo que dicen los que lean el libro".
El libro está escrito de manera curiosa. Chao, en vez de agotar su prosa, la ahorra haciendo uso de la de los grandes autores de la historia de la literatura.
Chao se explica: "Este libro es un diálogo entre libros. Y lo que yo hubiese deseado es que el texto fuese íntegro de otros autores. Un ejemplo puede explicar mi procedimiento: de paso por El Bierzo, por Ponferrada, concretamente, me acordé de que Gil y Carrasco escribió El señor de Bembibre, y recurrí a este libro para cubrir la narración del paisaje berciano. Dicho método le ha servido a mi inspiración, y ésta, a su vez, me ha conducido hacia los autores adecuados en cada momento de la obra.
¿Por qué El lago de Como? "Se trata de una obra musical, vulgar, que mi padre, cuando yo ya interpretaba a todos los grandes autores, me obligaba a tocar ante sus amigos o invitados. Y era la obra que más gustaba. Fue, de hecho, la madre del cordero, porque esta pieza y los jamones que regalaba mi padre a diestro y siniestro hicieron de mí el músico que yo fui".
Babelia
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