Decepcionan en Cannes las películas 'Eréndira', de Guerra, y 'El dinero', de Bresson
Aunque se encuentra en Cannes, el escritor Gabriel García Marquez no estuvo presente en la conferencia de prensa celebrada tras la proyección de Eréndira, versión cinematográrica del director mozambiqueño Ruy Guerra de su novela corta La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Según declaró el premio Nobel de literatura su presencia ante los periodistas podía centrar la conversación en temas ajenos al trabajo de Ruy Guerra y éste es, según él, el único autor responsable de la película.
Sin embargo, la presencia de Gabriel García Márquez había sido ya anunciada y un rumor de protestas pudo oirse cuando se informó de que sólo Ruy Guerra y las actrices Irene Papas y Claudia Ohana acudirían a la conferencia. La decepción ante la ausencia del escritor prolongó la ya producida por la película como demostraron las numerosas preguntas elusivas, de compromiso, que se hicieron durante la charla.Respetando escrupulosamente el argumento de la novela de García Márquez, el director no ha logrado impedir una narración entrecortada, de vaivenes, interrumpida por secuencias cuya belleza literaria no han sido traducidas a la pantalla. La magia sugerida en el texto sí se proyecta a imágenes creativas que heredan el talento del novelista, pero la narrativa no tiene la misma fuerza: cada paso de tiempo, cada nuevo personaje son zig-zag dramáticos. Por otra parte, la dificultad de identificar a la solo madura Irene Papas con la abuela anciana es una rémora que sufre la película aunque el nervio de la actriz lo consiga superar.
Eréndira es un viejo sueño cinematográfico de García Márquez, que escribió el guión antes que la novela. Hace ya catorce años, tiempo suficiente para obligarle a traducir el guión a literatura sino quería que su increible y triste historia quedara en el silencio. No es fácil, sin embargo, que el cine pueda reproducir las sugerencias de su obra. Otros proyectos anteriores, Presagio, de Luis Alcoriza o La viuda de Montiel, de Miguel Littin, lo intentaron también con desigual fortuna. Quizá sea necesario olvidar más el origen literario de García Márquez y tratar de inventar imágenes propias. Cuando Ruy Guerra lo hace en Eréndira, la película gana en interés cinematográfico aunque no sea tan fiel al autor.
No puede decirse que esta decepción haya sido unánime en el Festival de Cannes. Al final de la proyección se oyeron numerosos aplausos, aunque no tantos como en otras películas, Carmen sobre todo. Existen periodistas acreditados en el festival que graban las reacciones sonoras del público al terminar de ver las películas para comparar luego su intensidad y duración. El filme español es, según esas asombrosas investigaciones, el que mayor calor ha despertado en todas sus proyecciones.
Pero quizá los aplausos no signifiquen gran cosa para el palmarés final. Desde que comenzara esta 36º convocatoria del Festival de Cannes, se ha considerado como favorita la película francesa de Robert Bresson El dinero.
Fuerte pateo
Se insinúa, además, que este año debe tocarle ya a Francia ganar su propio festival. Una vez vista El dinero, el fuerte pateo, casi unánime, que cerró la proyección podía colocarla entre las perdedoras de Cannes. Se la sigue relacionando, sin embargo, con la Palma de Oro u otro premio importante. Bresson mantiene aquí su típica frialdad narrativa, sus esquemas, su tono pausado para narrar fundamentalmente la historia de un muchacho que vive una vertiginosa degradación social a raíz del equívoco provocado por un billete falso, pero Bresson alterna esta historia con la de otros personajes secundarios también relacionados con el famoso billete.Compone así una panorámica pesimista sobre las relaciones que el dinero establece en nuestra sociedad entre los hombres. La necesidad de dinero o el afán por acumularlo rigen la conducta humana. Esa frialdad narrativa, que tanto puede molestar, sirve para fomentar la negra visión del director. Vistos los hechos sin emoción, queda más patente la injusticia.
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