Compromisos oficiales de mejor dotación para el Archivo Nacional de Salamanca

El ministro de Cultura, Javier Solana, se comprometió el pasado fin de semana en Salamanca a dotar con personal técnico, burocrático y administrativo al archivo de San Ambrosio de esta ciudad, nombre con el que además se conoce la sección de la guerra civil del Archivo Nacional. En su visita al viejo caserón de San Ambrosio, el ministro de Cultura decidió estudiar también la posible ampliación de sus instalaciones, lo que descarta definitivamente la sospecha de que estos fondos se iban a trasladar a Madrid.

Las tropas del general Franco, a medida que iban entrando en las diferentes poblaciones durante la guerra civil española, destinaban a algunos de sus miembros a la incautación de archivos y material que aún quedaba en la sede de los partidos políticos y organizaciones sindicales, que, en sacas y en total desorden, se enviaban a Salamanca y eran guardadas en esta ciudad.Éstos son los fondos que componen el archivo del que, pese a las insistentes negativas, parece que se obtuvo un fichero de dos millones de fichas con fines puramente represivos. Esta documentación es la que ahora se considera esencial para el conocimiento de aquella época histórica cercana.

Los fondos recogidos en San Ambrosio están divididos en dos secciones: la político-social, referida a partidos y organizaciones sindicales, con 16.000 legajos, y la sección especial o masánica. Esta cuenta con la documentación íncautada a logías españolas -2.898 legajos- y con 48.000 expedientes del Tribunal Especial de Represión Masónica y del Comunismo.

Un archivo de masonería

Fue precisamente como un archivo de masonería como popularmente se conocía el caserón, siempre custodiado por dos guardias civiles, al que, hasta la pasada década, sólo contadas personas tu vieron acceso.No obstante, en su interior existen además 1.500 carteles de la guerra, una colección de prensa de 6.000 periódicos edítados entre 1936 y 1939 y una sección bibliográfica, ésta recoge libros y una importante colección de folletos de partidos y organizaciones sindicales.

Pedro Ruiz Uribarri, director del archivo dependiente de Presidencía de Gobierno hasta que pasó a la Biblioteca Nacional en 1978, convirtió una sala del caserón en la representación de una logia, con trajes, mandiles, emblemas y demás elementos ceremoniales incautados a logias de Barcelona, Canarias y Madrid.

Exposición pública de los documentos

El actual director del Archivo Nacional, Luis Sánchez Belda, y la jefa de la sección de la guerra civil, María Teresa Díez de los Ríos, que dirige efectivamente el archivo de Salamanca, han manifestado su intención de que este material, que incluye una celda de meditación, pueda exponerse públicamente junto a otros documentos de interés general.No obstante, los problemas con que cuenta el Archivo Nacional de San Ambrosio de Salamanca le impiden un funcionamiento acorde con la demanda de los investigadores que acuden a él. Así, sólo una parte mínima de los fondos se ha conseguido inventariar y catalogar según los sistemas de archivo actuales.

La falta de personal fijo en el Archivo Nacional -sólo cuentan con seis técnicos y dos subalternos eventuales- impide la marcha de un trabajo continuado en el archivo y la atención a los investigadores, pese a que se han ido introduciendo últimamente ciertas reformas que mejoran su funcionamiento y, por tanto, su utilización.

En la actualidad, cuatro técnicos -dos de la Generalitat de Cataluña y dos de la Administración central- se encargan de ordenar todo el material procedente de la comunidad catalana, que será posteriormente microfilmado para su utilización por investigadores y estudiosos del Archivo Nacional de Salamanca.