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Fraga y la derecha

Alfonso Guerra ha hecho lo que nunca se atrevió a hacer Fernando Abril Martorell: presidir un Consejo de Ministros, lo cual subraya la diferencia entre un valido y un vicepresidente. Abril era el valido de Suárez, hasta el punto de que se hablé de un bienio de omnipotencia mabrileña, mientras Guerra no es más que el vicepresidente del Gobierno. Abril mandaba más, pero Guerra funciona mejor. Guerra es un punto en un organigrama político. Abril, en su, momento, lo fue todo. De ahí que Abril haya desaparecido y que Guerra, tras presidir el Consejo de la nacionalización de la red de alta tensión, regrese a su papel de oyente. Y de vidente.Y en otro orden de cosas: ¿Desaparecerá Fraga de la vida política? Se habla del cansancio de los metales y de que a Fraga se le empieza a doblar el varillaje de acero que sostenía su moral en tiempos de descalabro. El próximo día 8, si Alianza Popular viera disminuida su clientela -tal vez mordida en Madrid por el voto elegante al corsario, Garrigues-, se recrudecerá en el entorno democristiano de Alianza Popular la estrategia de sustitución del líder.( ... )

No se sabe aún si los confesionales de óscar Alzaga, a quien la banca no le -hace remilgos, terminarán tumbando a Fraga o si éste acabará aburriéndose de la batalla interna entre Verstrynge, Fernando Suárez y la tercera vía. La tercera vía está representada por esas efigies del pasado que se afinean en la tercera fila del espacio aliancista en el Congreso. Tienen todos ellos nombre y figura de estampa antigua. Fueron protagonistas hasta hace nueve años. Quienes conocen a Fraga dicen que el hombre desea marcharse. Pero todo dependerá del resultado electoral de su partido. Si las urnas mostraran la realidad de un techo para la oferta de Alianza Popular, Fraga tal vez se encontrase sin energía para reemprender el camino hacia la ocupación del espacio conservador. Ya ha realizado tres intentos, y el último, más gratificante, sobre las cenizas de UCD. Pero ahora hay en el centroderecha competidores muy activos: Garrigues y Roca, principalmente. Domesticar democráticamente a su propia derecha y combatir, en el otro flanco, a jóvenes ensayos conservadores podría sertarea demasiado dura para un hombre de hierro, pero cansado. También se cansan los metales. ( ... )

, 6 de mayo

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