Confusión en la residencia sanitaria de Sevilla, donde murió un niño por inmunodeficiencia

La difusión de la noticia de que en Sevilla se ha producido una muerte por el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida preocupaba ayer a los responsables de la residencia García Morato de esta ciudad, ante la posibilidad de que se produjera una reacción de pánico, así como un rechazo a las donaciones de sangre.

En el centro sanitario, cuyo nuevo director tomó posesión anteayer, existía cierta confusión y no se facilitó, o no se localizó, el nombre del niño fallecido, ni los de los otros dos pacientes atendidos de esta enfermedad. Uno de ellos podría haber muerto y ser hermano del fallecido, según palabras del propio director, que no supo precisar este aspecto.Según confirmaron fuentes del departamento de Hematología de la residencia, los tres casos se detectaron en enero, uno de ellos, el del niño de nueve años, mortal, entre tres pacientes hemofílicos que están sometidos a continuas revisiones en el centro. Los otros dos cuentan diecinueve años. El equipo estudió la causa de la muerte, llegó a la conclusión de que existían coincidencias con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, AIDS, que ha producido numerosas muertes en Estados Unidos.

El jefe del servicio de Hematología, doctor Jiménez Jiménez, informó al entonces director, doctor Antonio Galbis, y el correspondiente estudio fue enviado en forma de carta al editor a la prestigiosa revista médica británica The Lancet, donde ha aparecido publicada recientemente. La revista aún no había sido recibida en el centro sanitario ayer, cuando se conoció la difusión de la noticia a través de EL PAÍS.

No hay casos desde enero

El equipo que ha llevado a cabo la investigación remitió para cualquier ampliación de la noticia al director del centro, Rodríguez Becerra, recién llegado a este puesto, que ocupó por primera vez su despacho anteayer y estaba extraordinariamente preocupado por el alcance negativo que la difusión de la noticia pudiera tener para la marcha de la investigación y del tratamiento, y que consumió ayer la casi totalidad de su jornada atendiendo llamadas de la prensa. En cualquier caso, confirmó la veracidad de la noticia. "Lo primero que me interesa reflejar es que no hay razón para una alarma. Estos casos fueron detectados aquí en el mes de enero. Se estudiaron, se llegó a la conclusión de que se trataba de algo próximo o igual al AIDS y se envió el resultado de la investigación a The Lancet, dada la poca documentación existente en el mundo sobre esta enfermedad. Eso, insisto, ocurrió en enero, y desde entonces no ha vuelto a registrarse ningún ingreso. Las medidas que se tomaron aquí fueron las de ampliar ese equipo e intensificar el seguimiento de los hemofílicos, ya que los tres casos se habían producido entre ellos"El nombre del niño fallecido no era conocido ayer por el director del centro. "La verdad es que revolviendo el archivo aparecería, pero ahora no hay tiempo para ello, ni creo que sea oportuno facilitarlo porque eso sería un trastorno para la familia". También existía confusión respecto al destino de los otros dos afectados. "Parece que uno de ellos podría haber muerto, e incluso que podría ser hermano del niño de nueve años fallecido, pero tampoco se lo puedo asegurar hoy. Y hay que poner un poco en reserva la afirmación de que la muerte se haya producido por el AIDS. El hemofílico es especialmente vulnerable."