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El Congreso puede vetar los fondos a la CIA, pero aprobar la ayuda militar a El Salvador

Pasados los aplausos unánimes en el foro del Congreso norteamericano al discurso del presidente Ronald Reagan sobre la estrategia de Estados Unidos para Centroamérica, la Casa Blanca enfrentará la próxima semana una serie de votos sobre la cuestión en comités de la Cámara de Representantes. El resultado final de los mismos podría saldarse con la prohibición de fondos para operaciones secretas de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) contra Nicaragua, pero concesión de la dotación de ayuda financiera para el Ejército de El Salvador.

Hay diferencias en el Congreso sobre Centroamérica, pero casi unanimidad a la hora de abordar el dilema situado en el deseo de esquivar un nuevo Vietnam, pero evitando una extensión de la influencia de regímenes marxista en la zona.El presidente Reagan ha llevado el asunto de Centroamérica al más alto nivel político y de opinión pública, tras su alocución ante el Pleno del Congreso el pasado 27 de abril. La operación es arriesgada porque compromete directamente la figura del presidente en la estrategia dura preconizada por sus consejeros (William Clark y Jeane Kirpatrick en especial), en relación con Centroamérica.

Por otra parte, Reagan coloca al Congreso ante la responsabilidad de pronunciarse, a favor o en contra, de un incremento de ayuda militar y económica para El Salvador, en especial, y Honduras, Guatemala y Costa Rica. Todo ello adornado del nombra miento de un enviado especial

presidencial, el ex senador demócrata de Florida, Richard Stone, al que sus vínculos con la dictadura militar de Guatemala y su ideología muy conservadora dan pocas probabilidades, en principio, de que sea realmente la persona idónea para el cargo.

Posible cambio de clima

La situación actual en el foro del Congreso es la siguiente para la Administración Reagan: en primer lugar, el subcomité de asignaciones de la Cámara de Representantes recortó, pero no negó, la ayuda de urgencia que pide Reagan para El Salvador. Los 60 millones de dólares para el año fiscal en curso quedan en 30 millones, con la esperanza para Reagan de que se aprueben los 50 solicitados para 1984.Por otra parte, el clima podría cambiar a la hora de discutir finanzas si el comité de inteligencia de la Cámara de representantes (que cuenta con mayoría demócrata), aprueba la próxima semana una resolución contra toda actividad de la CIA contra el Gobierno de Nicaragua.

Sería un voto para la conciencia moral de Estados Unidos, en un momento en que las presiones hacia Nicaragua son ya muy fuertes. En un contexto en que, para "evitar el flujo de armas hacia El Salvador", hay dos fragatas norteamericanas navegando ante las costas de Nicaragua, aviones Awacs controlando cualquier movimiento aéreo, y misiones de reconocimiento de aviones espía U2.

"Centroamérica no se convertirá en un nuevo Vietnam, porque EE UU no tiene intención de enviar tropas", dijo Reagan ante el Congreso. Sin llegar a un nuevo Vietnam, la Casa Blanca tampoco permitirá la posibilidad de una expansión de la izquierda en el área. En ambos principios están de acuerdo demócratas y republicanos, conservadores o liberales. En lo que difieren es en las fórmulas de ejecución.

Por ello, en un momento ya de campaña preelectoral para el voto presidencial de 1984, Reagan habló fuerte ante el Congreso y la opinión pública estadounidense, y utilizó la retórica de situar el "peligro en las fronteras del sur de Estados Unidos" para demostrar al electorado conservador que intentará evitar que El Salvador se convierta en otra Cuba u otra Nicaragua.

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