Miguel Boyer descarta un plan de estabilización y anuncia la proximidad de ajustes y reformas profundas

El ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, reiteró ayer varias veces su oposición a un plan de estabilización económica depresiva, y anunció como mejor alternativa una política de ajustes y reformas en profundidad. Durante las casi tres horas de la conferencia de prensa convocada para presentar los Presupuestos Generales del Estado para 1983, mantuvo como alcanzables los grandes objetivos gubernamentales (2% de crecimiento, 12% de inflación, 5% de aumento real en las exportaciones) y apoyó su planteamiento en que los principales indicadores económicos (empleo, inflación y déficit exterior, citados por este orden) han mejorado en lo que va de año y no dan lugar al pesimismo, si bien reconoció que en la lucha contra el paro "este año lo único que se puede hacer es impedir que se deteriore el empleo".

Sin esperar a las preguntas de los periodistas, el ministro inició la presentación de los Presupuestos con un repaso a los últimos indicadores económicos, sobre el que basó luego su conocida opinión: mejor que apretones momentáneos de cinturón, reformar a fondo los mecanismos económicos, para aprovechar el impulso, cuando la actividad internacional mejore. "Más que un plan de estabilización", concluyó, "se impone, muy pronto, abordar la reforma de instituciones y de situaciones para adaptarlas a las economías más productivas, flexibles y modernas con las que competiremos en la Comunidad Económica Europea"."Son las principales", añadió, "la reforma del mercado de trabajo, la reforma de la Administración, reducción de los déficit de las empresas públicas, reforma del gasto público e introducción del impuesto sobre el valor añadido (IVA), reforma de la Seguridad Social, instrumentación de la ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) para atender las necesidades de estas comunidades y de las haciendas locales, ordenación de producciones agrarias para ajustar la oferta a la demanda, y solucionar algunos problemas del transporte".

Pocos más datos sobre estas próximas medidas aportó el ministro en sus respuestas, salvo que se tratará de hacerlas profundizando el programa electoral del PSOE. Sobre las medidas de "flexibilización del mercado de trabajo" -anunciadas por el Presidente del Gobierno con motivo de los 100 días del Ejecutivo, reclamadas en seguida por la patronal CEOE, y que en las primeras filtraciones han encontrado resistencia de empresarios y sindicatos-, dijo que "están en estudio". En cuanto a la reforma de la Seguridad Social, se aludió implícitamente a la autorización de los fondos de pensiones, para complementar el sistema obligatorio de reparto, medida que tendría "gran trascendencia para aumentar el mercado de capitales".

Inversiones

Según Miguel Boyer, actualmente, como hace cuatro meses, debe descartarse tanto la estabilización -"un plan así es obligado cuándo un país llega a una situación exterior próxima a la suspensión de pagos, y no estamos en una situación semejante ni espero que nos acerquemos a ella"- como la expansión que llevó a Francia posteriores correcciones bruscas.

A su juicio, la recuperación económica, que permitirá alcanzar durante el presente año un aumento real del 2% en la producción de bienes y servicios, procederá del incremento en la demanda exterior (exportaciones) y en la interior (consumo). Afirmó que con la baja utilización de la capacidad productiva registrada en los actuales momentos de crisis, está demostrado que el aumento de las inversiones se orienta fundamentalmente a sustituir empleo. "Mientras no haya demanda", continuó, "no cabe recuperar. Primero el sector exterior, para cubrir un déficit que de otra forma sería insostenible; después el interior, que se vería afectado por las restricciones salariales de la estabilización, y luego la inversión".

El ministro destacó que el aumento de tipos de interés a corto plazo, que fue impulsado y puede serlo nuevamente por el aumento de coeficientes de bancos y cajas -"medidas destinadas a reducir el coste de la regulación monetaria"-, no afectará a la inversión, como apuntan "interesadamente" algunos. Precisó que la inversión utiliza crédito a largo plazo y "no está debilitada por dificultades de financiación, sino por la debilidad de la demanda", si bien tampoco es intención del Gobierno "apretar el tomillo de los créditos".

No obstante, ante la insistencia de las preguntas, admitió que sólo un deterioro grande "conduciría a otra política, como también si hay gran mejora". Pero descartó que en ese caso los resultados fueran más regresivos en cuanto al reparto de la renta, tanto como la supuesta regresividad con respecto al programa socialista de la flexibilidad de plantillas o de la privatización de la Seguridad Social a que podría conducir su reforma. "Las medidas de reforma profunda han sido anunciadas por distintos miembros del Gobierno, entre ellos el presidente y el ministro de Trabajo. Se puede ser progresista en apariencia y que los resultados sean retrógrados".

En cuanto al presunto apoyo que recibiría su actitud de manos empresariales y bancarias, "como mal menor", frente a otras corrientes del Gobierno, Miguel Boyer recordó que ha sido objeto de "bastantes críticas" por algunas medidas y que duda "que otro ministro sea más o menos duro, por lo que sé del PSOE y del Gobiemo".

Preguntado sobre el motivo de la consulta de los Presupuestos del Estado a la patronal CEOE, mientras que los sindicatos no han sido llamados también -el secretario general de UGT acaba de criticar la gestión del Gobierno y de mostrar inquietud por estos Presupuestos-, el ministro recordó que las centrales sindicales participaron en la negociación de los salarios para los funcionarios, por primera vez en la historia española.