Los cancilleres del 'grupo de Contadora" preparan la 'cumbre' para la paz en Centroamérica

Los cuatro cancilleres del grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá) se reunieron ayer en la capital panameña para ultimar los preparativos de una conferencia de paz en Centroamérica. Esta iniciativa es fruto del viaje realizado el pasado fin de semana por el presidente colombiano, Belisario Betancur.

Ninguno de los cancilleres fue demasiado explícito sobre los objetivos de su reunión, por lo que forzosamente hay que remitirse a las declaraciones efectuadas la tarde anterior por Betancur, que se ha convertido de hecho en el principal intérprete y animador del espíritu de Contadora.El mandatario colombiano dijo que, con su viaje y con este encuentro, se pretende buscar mecanismos que hagan "más permisiva y penetrante" la filosofía contenida en el documento de Contadora, que data del pasado mes de enero.

En aquella ocasión los cuatro cancilleres rechazaron la inclusión del conflicto centroamericano dentro de la confrontación global Este-Oeste, ya que sus causas son de origen fundamentalmente endógeno (seculares desequilibrios en el reparto de la riqueza) y la intervención de las grandes potencias no ha logrado sino activar el enfrentamiento a partir de este análisis. El documento de Contadora pide a los Gobiernos de la región que renuncien al uso de la fuerza y recurran al diálogo para solventar sus diferencias. Para el logro de una paz estable se propone la salida de los asesores militares extranjeros y un freno a la carrera armamentista regional.

El objetivo final es que cada país se comprometa a respetar rigurosamente el proceso político de sus vecinos. Desaparecerían así las querellas entre Nicaragua y sus vecinos, que le acusan de estar apoyando a los movimientos guerrilleros de la región, en tanto que los sandinistas se quejan de ser víctimas de un plan de desestabilización instrumentado por Estados Unidos desde Honduras.

Sobre esta base teórica, elaborada tres meses atrás y que cuenta con un consenso generalizado entre los Gobiernos de América Latina y Europa, los cuatro cancilleres tratarán ahora de pasar a la acción. Es hora de convocar a todos los Gobiernos de Centroamérica para que se pase a las declaraciones de buena voluntad a una negociación real.

Todos dicen estar dispuestos a negociar, pero cada cual pone condiciones, a menudo inaceptables para otros interlocutores. Los cuatro cancilleres, que sin duda habrán mantenido contactos telefónicos con sus colegas de la zona, tratarán de limar estos requisitos previos para sentar al menos a sus homólogos en tomo a una mesa de negociación.

La pretensión es lograrlo antes de que la guerra ya existente al norte de Nicaragua se traslade a territorio hondureño, convirtiéndose así en una conflagración regional. La invasión de grupos armados somocistas desde Honduras hace más difícil sin duda el diálogo entre estos dos países, pero a la vez lo exige de forma perentoria.

El Gobierno sandinista, que apoya la iniciativa de Contadora, ha dicho que está dispuesto a negociar si se retiren las tropas invasoras. Tegucigalpa contraataca señalando que su vecino del Sur ha concentrado gran cantidad de tropas en la frontera, en lo que supone una amenaza directa de agresión. Dice también que la guerra de Nicaragua es un conflicto interno en el que nada tiene que ver.

Pero ayer, EE UU rechazó la propuesta de Nicaragua en favor de una doble negociación bilateral entre Managua y Tegucigalpa (Honduras), por un lado, y Manugua y Washington, por otro, bajo el patrocinio de la ONU, según una carta enviada por la representante norteamericana en la ONU, Jeane Kirkpatrick al presidente del Consejo de Seguridad.

La carta de Kirkpatrick señala que "la situación no se presta a soluciones simples sobre la base de conversaciones bilaterales".