Hans Gerd Roetzer considera a Lutero el gran innovador del idioma alemán
La contribución del reformador religioso Martín Lutero a la formación del lenguaje alemán moderno fue analizada el lunes por el profesor Hans Gerd Roetzer, de la Universidad alemana de Giessen, en una conferencia pronunciada en el Instituto Alemán de Barcelona, que de este modo inicia la serie de actos que dedicará a la figura de Lutero, cuyo quinientos aniversario se cumple este año. El gran mérito de Lutero es, según Roetzer, haber aglutinado con gran fuerza las formas idiomáticas populares.Para el profesor Roetzer, dos factores contribuyeron a la dimensión y de la obra de Lutero. Uno fue la invención de la imprenta, que proporcionó a los escritos luteranos unas posibilidades de difusión y reproducción sin límite no conocidas hasta entonces. El otro factor fue el método de trabajo científico y las cualidades humanísticas de Lutero, que no realizó la traducción de la Biblia a partir del latín, sino trabajando sobre textos originales hebreos y griegos.
"La traducción bíblica de Lutero es la primera ocasión en que el lenguaje popular y los modismos administrativos germanos del siglo XVI cristalizan en un texto de gran nivel literario y de una asombrosa vivacidad", afirma el profesor Roetzer. "El propio Lutero acostumbraba a decir que había tomado su lenguaje de los labios del pueblo, y en efecto es así, pues su traducción bíblica contiene numerosísimas expresiones de un lenguaje que era predominantemente hablado y que aparecía en los cuentos, las comedias de carnaval o el folklore de la época.
Además de acertar a dar forma literaria al alemán popular, Lutero utilizó el vehículo de la lengua en su tarea de emancipación de la iglesia de Roma, que coincidía a nivel político con la corriente de emancipación del imperio que se gestaba en los territorios germanos desde el siglo XV. "En este aspecto Lutero es la expresión más completa de las corrientes de contestación religiosa, política y nacional que agitaban la Europa del siglo XVI. El estaba en contra de la mezcla entre Estado y religión, y decía que cada hombre debe llegar a Dios por su propio esfuerzo. Probablemente fue esto lo que le hizo adoptar formas de expresión muy directas, que hacían posible una rápida comprensión por los que le escuchaban. En este sentido, conviene recordar que Lutero tradujo la Biblia para poder recitarla, para leerla en público de viva voz. Esto constituía una verdadera revolución comunicativa".
El carácter innovador y la función de modelo lingüístico de los escritos luteranos son lo que, a juicio del profesor Roetzer, los ha mantenido vivos a través del tiempo como obra literaria. "No es casualidad que escritores contemporáneos, como Bertolt Brecht o Ernst Bloch, se refieran a su fuerza y vitalidad".
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