El poeta Valladares denuncia la campaña del Gobierno cubano contra su persona
Armando Valladares, poeta, liberado de una cárcel cubana a finales del año pasado tras veintidós años de reclusión por supuestas actividades contrarrevolucionarias, ha denunciado las declaraciones del ministro cubano de Cultura, Armando Hart, publicadas en EL PAIS durante la pasada semana. Valladares afirma que "el Gobierno cubano ha desatado una campaña internacional para hacerme aparecer como un criminal", y niega la supuesta libertad de expresión en Cuba.
En una comunicación enviada a este periódico, Valladares, de 43 años, denunció las manifestaciones que contra él hizo Hart durante su reciente estancia en España. Valladares afirmó que en la entrevista del ministro cubano con este periódico (véase EL PAIS, 14 de marzo) "Hart hace sobre mí afirmaciones calumniosas. Entre ellas dice que fui condenado por terrorista, cosa absolutamente falsa. Jamás tuve que ver con actos de violencia. Yo fui condenado a treinta años de cárcel por manifestar mis ideas, y sólo por eso, aunque le duela al Gobierno cubano".Valladares afirmó que hay una campaña contra él ' que intenta "negar mi condición de escritor o poeta, restándole mérito a mi obra con el argumento de que antes de la revolución no había publicado, olvidando que la revolución, precisamente, me había encarcelado injustamente a los veintitrés años y no me soltó hasta veintidós años después".
El poeta denuncia también una "campaña de difamación contra mí... coordinada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, una de las agencias de seguridad del Estado".
Denunció que esta campaña en su contra está orquestada desde varios puntos de Europa y América. "En Madrid son la Embajada cubana y el Instituto de Amistad Hispano Cubana los encargados de la vil tarea de difamarme", manifestó Valladares.
Valladares también contestó la afirmación del ministro cubano Hart en el sentido de que existe la libertad política en Cuba.
"Es falso que en Cuba se pueda atacar al Gobierno en asambleas ni en ninguna otra parte", manifestó. "Todo el mundo sabe que en las dictaduras comunistas se sanciona por las ideas, y Cuba no es una excepción".
Valladares pidió que Hart explique "por qué el índice de suicidios que tenía Cuba se ha multiplicado por ocho, alcanzando, según datos oficiales ofrecidos por La Habana, la cifra más alta de todo el continente americano veintidós suicidios por cada cien mil muertes... Que publique además, el señor Hart, la carta que dejó su esposa, Haydée Santamaría, antes de suicidarse".
Valladares, cuya libertad fue conseguida en gran parte por la intervención del presidente francés, François Mitterrand, también aporta una amplia documentación fotocopiada para reafirmar declaraciones anteriores suyas sobre la manera en que él cree que el actual régimen castrista mintió sobre su caso y estado de salud.
Valladares sostiene que antes de ponerle en libertad el Gobierno cubano decidió "darme tratamiento médico para que recuperara la locomoción, pero sin publicidad de ninguna clase, de manera que mi invalidez, una vez liberado, pareciera una fabricación propagandística".
Un documento que aporta, del Ministerio de Salud Pública a Amnistía Internacional, en diciembre de 1976, afirma: "Producto de su actitud, ha participado en varias huelgas de hambre y, debido a ello, padece de paresia recuperable de los miembros inferiores y superiores como consecuencia a una polineuropatía por déficit nutricional... Esta dolencia aparentemente limita totalmente los movimientos de sus extremidades inferiores", para añadir, curiosamente, "aunque es conocido por funcionarios que lo han observado que camina y ejercita sus músculos en horas de la noche, lo que refuerza nuestro criterio de que la gravedad de su enfermedad es simulada".
Valladares también aporta en su comunicación otros documentos de médicos cubanos que testificaron su debilidad física.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.