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'Cumbre' en Nueva Delhi

Fidel Castro culpa al "imperialismo norteamericano" de todos los males que está padeciendo la humanidad

El presidente cubano, Fidel Castro, se despidió ayer en Nueva Delhi de su cargo como presidente del Movimiento de Países No Alineados con un largo discurso, en el que atacó virulentamente a Estados Unidos y acusó a la Administración Reagan de ordenar su asesinato. Vestido de uniforme y con su oratoria característica, cargada de gestos espectaculares, el líder cubano hizo un balance de los acontecimientos mundiales durante los tres años y medio que ha presidido el Movimiento de Países No Alineados, para llegar a una única conclusión: el culpable de todo es el imperialismo norteamericano.

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Castro remachó así rotundamente una presidencia que ha estado marcada por su intención de alinear a los no alineados frente a Estados Unidos y de considerar a Moscú como el aliado natural del movimiento que crearan hace veintidós años líderes como Tito, Neliru y Nasser. A lo largo de los cincuenta folios de su discurso, el presidente cubano fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de muchas delegaciones participantes en esta séptima cumbre del movimiento no alineado.Para Fidel Castro, el movimiento ha preservado su unidad en los casi cuatro años que ha estado bajo su liderazgo. Reconoció el dirigente cubano que algunos problemas de política internacional han suscitado diferencias entre los no alineados, y habló concretamente de la intervención soviética en Afganistán, que para unos "fue simplemente el derecho del pueblo afgano a requerir solidaridad y asistencia para protegerse de agresiones externas", mientras que otros la veían como "una intervención inaceptable".

Paz para el Golfo

Respecto a la guerra entre Irán e Irak, Fidel Castro hizo un llamamiento a las negociaciones de paz, aunque se inclinó a favor de la postura adoptada por Irak y su presidente, Sadam Husein, que aceptó renunciar a celebrar la séptima cumbre en Bagdad y cedió la organización a la India.Lamentó el líder cubano la ausencia en la sala de los representantes del Frente Polisario, que atribuyó a las disensiones en el seno de la Organización para la Unidad Africana (OUA). Pero dejó bien claro que, en lo que respecta a Cuba, la República Árabe Saharaui Democrática "tiene nuestra simpatía y solidaridad, ya que consideramos su causa absolutamente justa".

Los duros ataques de Castro contra Israel fueron recibidos con intensos aplausos. El ex presidente del movimiento alabó la heroica lucha de los combatientes palestinos y comparó al Gobierno de Israel con los nazis responsables del holocausto de millones de judíos. Pero, añadió Fidel Castro, las matanzas de Sabra y Chatila, la invasión de Líbano, el bombardeo de Beirut y la agresión contra Siria no habrían sido posibles si Israel no hubiera estado apoyado y armado por Estados Unidos.

Dictaduras centroamericanas

Una buena parte del largo discurso de Fidel Castro estuvo dedicada a América Latina, y concretamente a la situación en Centroamérica, de la que culpó única y exclusivamente a Washington y a los regímenes dictatoriales que apoya. La Administración Reagan, dijo, respalda el genocidio en El Salvador, a la siniestra tiranía de Ríos Montt en Guatemala, a los esfuerzos de Honduras para aplastar la revolución nicaragüense y "justifica esas acciones con pretextos sacados del arsenal del macarthismo".Tras criticar el ilegal y criminal bloqueo norteamericano contra Cuba, que dura ya veintitrés años, y la existencia de la base naval de Guantánamo, Castro dijo que tenía informaciones de fuentes fidedignas de que la Administración Reagan ha dado órdenes a la CIA para asesinar a dirigentes cuba nos, "y especialmente a su presidente". Pero esos esfuerzos serán inútiles, aseguró.

Castro tuvo también palabras muy duras para la primera ministra británica, Margaret Thatcher a causa de la guerra colonial librada contra Argentina en el Atlántico sur. El conflicto de las Malvinas, dijo, ha unido lo que José Martí llamaba nuestra América frente a lo que denominó la otra América y describió como "el turbulento y brutal Norte que nos desprecia".

La delegación argentina, encabezada por el presidente Reynaldo Bignone, se rompió las manos aplaudiendo a Fidel Castro. Unos momentos antes, en su breve discurso de felicitación a Indira Ghandi en nombre de América Latina, Bignone había expresado su reconocimiento "a Cuba y a su presidente, Fidel Castro", y se refirió de pasada a "la causa anticolonialista en la que la República Argentina está empeñada".

Citando datos de la Unesco, de la Organización Mundial de la Salud y de la FAO, el líder cubano ofreció un sombrío panorama de la situación mundial, con quinientos millones de personas sufriendo hambre y más de mil millones viviendo en extrema pobreza. Con 814 millones de analfabetos y quinientos millones de parados.

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